Se quiso comparar a Le Orme en sus primeros discos como la versión italiana de ELP. Lo cual es completamente erróneo. Solo tienes que comparar. El hecho de que sean un trío de teclados, bajo y batería no quiere decir nada. Bien es cierto que en los setentas los teclados se basaban generalmente en hammond organ, piano, mellotron y moog, en la mayoría de las bandas progresivas, por lo que la similitud en el sonido puede llevar a algo familiar, pero la forma y el estilo difieren en todos ellos. No se puede comparar la potencia y nervio de ELP y la superioridad técnica y compositiva que demostraban, con otras bandas mucho más modestas y delicadas como es el caso de estos italianos. La música de Emerson, a veces brutal, rápida y excesiva, se encuentra muy alejada de la amabilidad y dulzura de estos venecianos. Pasó con muchos grupos italianos de la época, quizás porque el sello Manticore permitió la apertura musical del país mediterráneo y los críticos de entonces se lanzaron a comparaciones poco contrastadas y para cumplir el expediente fácil que un grupo de “moda” de entonces como ELP era un espejo donde mirarse.
Le Orme son para degustar tranquilamente una mañana soleada o una tarde lluviosa de verano según se precie. Pero no busques complejos laberintos ni torrentes sonoros, ni valles atravesados a toda leche por cuadrigas romanas. Imagina una casa junto al mar, con porche blanco y terraza de “fermosas” macetas floridas en perfume mediterráneo con hamaca o balancín incluido, vino blanco del Piamonte para regar con una ensalada caprichosa de mozzarella y anchoas, más una ragazza de vestido blanco y vaporoso-transparente y añade a todo ello fondo de aves y ambiente amoroso. Una parte importante de la música de Tagliapietra y compañía es eso: bellas baladas acústicas, aunque el hammond de Pagliuca se ponga a veces estupendo con algún rugido y algún moog cantábile.
“Uomo Di Pezza” es muy diferente a “Collage” porque ya se empiezan a sentar las bases de un estilo muy particular “muy italiano”, de sabor muy mediterráneo. La canción es la forma de componer del trío, aunque encontremos los clásicos desarrollos instrumentales de un grupo de rock sinfónico. Los alardes instrumentales son secundarios, aunque los hay evidentemente. Una característica en los álbumes de Le Orme es que son muy cortos de duración, en este caso 31 mtos y en otros muchos algo similar. Pocas veces encontraremos piezas largas o “suites” que superen los 7 mtos, pero a cambio nos regalarán preciosas baladas y bonitos momentos.
Este disco contiene una breve pieza casi de corte tradicional llamada “Giocco Di Bimba” que llegaría a ser single de éxito. “Una Dolcezza Nuova” es un corte con mucha inspiración Bach hasta que el piano desgrana suaves notas y Tagliapietra canta apasionado una de sus típicas melodías (siempre en italiano, por supuesto) En “La Porta Chiusa” es el teclado quien se luce moog incluido, pero siempre con una tendencia al intimismo y al recogimiento casi recitativo en lo vocal muy marcado en las siguientes piezas que casi rozan un discreto sinfonismo a lo Moody Blues. “Figure di Cartone” y “Espetando a l´Alba” son hermosos ejercicios de simpleza y pulcritud con rasgueados acústicos, dibujos de teclados y bellas melodías que los alejan por completo de las complejidades de Banco o Premiata y son sin duda el lado más amable del progresivo italiano. El instrumental “Alienazione” tiene su particularidad por las sonoridades muy próximas a la vanguardia británica medio canterburiana. Solo es un ligero recuerdo de primitivas bandas como Egg o unos primarios Soft Machine. Este disco sería la antesala de su famoso “Felona e Sorona” pero eso es para la próxima semana.
Alberto Torró
Temas
01. Una Dolcezza Nuova
02. Gioco Di Bimba
03. La Porta Chiusa
04. Breve Immagine
05. Figure Di Cartone
06. Aspettando L'Alba
07. Alienazione
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