Con la marcha de Nicholls en el verano de 1985, la polémica de este nuevo disco estaba servida. Su sustituto Paul Menel entraría al poco tiempo para empezar a familiarizarse tanto con el repertorio viejo como con el nuevo.
Antes de grabar “Nomzamo”, existen algunas curiosidades como aquel LP doble pirata de 1985 con Menel cantando las piezas de Peter, el “Nine In A Pond Is Here” que llegué a tener importado. El sonido es regulín tirando a decente y tengo que reconocer que el nuevo chaval sale airoso de la prueba.
Dos años más tarde editan “Nomzamo”. El cambio de música es casi radical, las oscuridades de “The Wake” se convierten en un radiante sonido “moderno” y aquí viene el problema. El nuevo disco es un trabajo “engañoso” pero en absoluto malo o mediocre. No han abandonado el rock progresivo, en absoluto, aunque la primera escucha te diga lo contrario. Estamos en 1987, y si tenemos en cuenta que la música (sin música) solo eran envoltorios de papel cuché con portadas insípidas y alguna foto cursi nuevaolera, podemos entender lo jodido que fue sobrevivir a aquellos tiempos en términos de calidad. Curiosamente la influencia de Genesis, casi había desaparecido por completo, pero mediada la década de los 80´s otro virus infectaba a las bandas neo y ese fue el “90125” de unos plastificados Yes. Recuerdo que a mí me convencieron para verlos en la Plaza de Toros de Barcelona en aquella gira, incluso vino mi mujer. Allí estábamos nosotros, Julio Murillo y gente del Rock de Luxe, Popular 1 y modernillos y advenedizos del momento. Cuando los vi salir al escenario me entró la risa: Anderson disfrazado de príncipe de Zamunda con chaquetilla torera y pedrerías varias. Squire, muy chulito con una vestimenta chillona y plásticos retorcidos a modo de tubería de PVC. White a la batería tan ruidoso y zaborrero como siempre, Rabin, un metalero con mallas ceñidas y posturitas, y un envejecido Tony Kaye embutido en uralita y estética tecno. “Santo Cielo”!!! me dije. El concierto atronador y “salvo alguna cosa” como diría don Mariano, aburrido hasta la solemnidad.
A qué viene esto con IQ, os preguntareis?...pues sencillamente buscaban con “Promises” un éxito parecido al “Owner of a Lonely Heart” de Anderson y cia. He de decir sin embargo que me gusta más “Promises”. Pero el sonido del moderno Yes huele a barniz metálico que tira para atrás. IQ afortunadamente no tenía el marketing millonario de ventas de luxe de una banda vendida al mainstream como Yes. Si por un casual llegan a triunfar con esto, adiós IQ. Hoy serían otra banda.
Tanto “Nomzamo” como el siguiente disco de la era Menel, se escuchan con agrado y hay piezas tremendamente sinfónicas y bien compuestas al margen del guiño pop y casi AOR que destila el disco. Yo respeto el AOR, aunque no me guste, porque algunos de mis mejores amigos y buena gente disfrutan con el estilo y al menos está bien hecho (si no me la cortarán…jejeje).
Las portadas claro, van con los tiempos y no dicen nada. Todo aséptico y funcional, pero este disco tiene cosas como “Still Life” “Human Nature” o “Common Ground” que son deliciosas piezas sinfónicas. En 1987 ya apenas quedaban resquicios progresivos en el planeta. El resto de compañeros británicos de neo prog ya estaban desinflados como un globo o se habían apuntado al macarrismo sonoro. Los viejos dinosaurios eran una vergüenza y la música estaba en peligro de extinción. Yo defenderé a capa y espada esta época de IQ, e incluso te diría que si este disco lo escuchas hoy, es muy agradable y ha aguantado con dignidad el paso inexorable del tiempo.
Alberto Torró
Dos años más tarde editan “Nomzamo”. El cambio de música es casi radical, las oscuridades de “The Wake” se convierten en un radiante sonido “moderno” y aquí viene el problema. El nuevo disco es un trabajo “engañoso” pero en absoluto malo o mediocre. No han abandonado el rock progresivo, en absoluto, aunque la primera escucha te diga lo contrario. Estamos en 1987, y si tenemos en cuenta que la música (sin música) solo eran envoltorios de papel cuché con portadas insípidas y alguna foto cursi nuevaolera, podemos entender lo jodido que fue sobrevivir a aquellos tiempos en términos de calidad. Curiosamente la influencia de Genesis, casi había desaparecido por completo, pero mediada la década de los 80´s otro virus infectaba a las bandas neo y ese fue el “90125” de unos plastificados Yes. Recuerdo que a mí me convencieron para verlos en la Plaza de Toros de Barcelona en aquella gira, incluso vino mi mujer. Allí estábamos nosotros, Julio Murillo y gente del Rock de Luxe, Popular 1 y modernillos y advenedizos del momento. Cuando los vi salir al escenario me entró la risa: Anderson disfrazado de príncipe de Zamunda con chaquetilla torera y pedrerías varias. Squire, muy chulito con una vestimenta chillona y plásticos retorcidos a modo de tubería de PVC. White a la batería tan ruidoso y zaborrero como siempre, Rabin, un metalero con mallas ceñidas y posturitas, y un envejecido Tony Kaye embutido en uralita y estética tecno. “Santo Cielo”!!! me dije. El concierto atronador y “salvo alguna cosa” como diría don Mariano, aburrido hasta la solemnidad.
Alberto Torró
Temas
01. No Love Lost (6:02)
02. Promises (As The Years Go By) (4:34)
03. Nomzamo (7:00)
04. Still Life (5:57)
05. Passing Strangers (3:47)
06. Human Nature (9:41)
07. Screaming (4:07)
08. Common Ground (6:59)
Bonus tracks :
09. Colourflow (5:26)
10. No Love Lost (Piano/Vocal Version) (4:12)
11. Common Ground (Live) (6:34)
Nota: si te gusta el artículo compártelo (Facebook, Twitter, g+, etc) pulsando en
que está al final del artículo, de esta forma contribuirás a la continuidad del blog. Gracias