El llegar a grabar un solo LP en la Italia setentera yo creo que partía más de una voluntad de apuntarse y parecerse a los mitos de la música más cool y moderna que es la que se estaba haciendo en ese momento. Esa era la idea. Como entonces la música progresiva estaba en la cresta, allá que vamos. No hubo tiempo para reflexionar de que hacer en lo que realmente gustaba. Lo interpretaron como moda. Lo cual esto tiene una lectura a día de hoy que roza lo patético.
Yo creo que era más esto, que los propios gustos. Hoy podría pensarse este fenómeno como una situación casi cómico-surrealista. Porque igual pensaban que haciendo esa música super rara que entonces estaba de moda se iban a forrar. Como todo aquello terminó siendo una auténtica ingenuidad por eso existen tantos grupos prog de un solo álbum. Al poco tiempo muchos de ellos o lo dejaron o se apuntaron a bandas de rock convencional o pop o disco y a la maldita hemeroteca me remito. Los conciertos partían de lo mismo: veo a la gente diciendo no tenemos ni idea de lo que oímos, pero mola y nos colocamos.
Si me plantease escribir un libro sobre la historia de la música moderna desde el impresionismo, pasando por el jazz y el rock y la electrónica me cargaría muchos pedestales, muchas ideas equivocadas, mucho boato, mucho engreimiento, muchos genios que en el fondo solo eran unos miserables peseteros y unos mezquinos con todo el mundo. Y muchas falsedades que han sido convertidas en dioses. Tranquilos que me da mucha pereza y sería una solemne tontería por mi parte. Sin embargo… ¿a alguien no se le ha pasado por la cabeza alguna vez romper con todo y crear una especie de liberación mental cultural de destruir para siempre todo lo que ama…? A mi muchas veces. Una pira con todos los discos, CD´s, libros, instrumentos, escritos, fotos, dibujos, recuerdos, teléfonos, objetos y todo aquello que en realidad no es más que una fuente de sufrimiento. Luego me entra la risa, me fumo un cigarrillo y me tomo una cerveza y se me pasa. Hasta el día siguiente.
El huevo de Colón lo montaron unos tales hermanos Volpini: Enzo a los teclados y Elio al bajo. Las guitarras se las repartían entre ambos. La batería un tal Ruggero Stefani y a la voz y front man Toni Gionta que luego al parecer formo parte de los Cherry Five (pre-Goblin). Al querido Keith Emerson deberían haberlo nombrado hijo adoptivo y embajador cultural de Italia por la importancia musical que su persona ha tenido en este estilo de música. Pocos teclistas en Italia no lo deben de tener de Jesucristo de cabecera en la cama y a mí me parece muy bien porque en los setentas era un guaperas con su moto, su chupa y su paquete marcando en cuero y para las chavalas de la época era un puntazo el tío. Me acuerdo de él escuchando, este disco, pero más de la época Nice o el primer álbum de ELP.
Ocho cortos temas se reparten en una duración no superior a 34 mtos y si os gusta el hammond organ style y los moogs calcados o incluso los primeros escarceos del Huriah Ken Hensley os lo pasareis bien. El academicismo a lo Bach fue muy recurrente en aquellos organistas del progresivo temprano, siendo el tremendo Brian Auger el padre de muchos modismos y formas como también podréis comprobar en las partes más jazz groove de este trabajo. El problema como siempre es la falta de desarrollo en las composiciones que piden mucha más enjundia y terminan antes de que te tomes un café solo. El hard primitivo también está presente en estas efímeras y entretenidas piezas.
Como digo al principio hicieron un disco del momento, como para decir estamos aquí y tocamos muy bien pero como a muchos otros de su escudería les faltó rubricar lo ya empezado. Falta de convencimiento en su propio trabajo…? desinterés al poco tiempo…? Solo la historia tiene la respuesta.
Alberto Torró
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