En los prodigiosos años 80 mientras la música caía en desgracia aún hubo irreductibles galos que a modo de resistencia activa participaron en una serie de discos marginales salidos casi de reuniones clandestinas o de conciertos para cuatro gatos. Todo bajo la etiqueta ya originada en los 70´s de Rock In Opposition, avandgarde o experimental.
El socorrido sello alemán ECM iba por derroteros parecidos editando músicas que se escapaban del círculo comercial. Los desbandados de la escena de Canterbury hacían lo propio para juntarse y sacar algún vinilo de jazz vanguardista y rarito. El centro de operaciones solía estar en Francia, Belgica, Alemania y países nórdicos o del este más allá del telón de acero. Japón por su parte iba por libre y una vez acabado el progresivo europeo, sus mejores obras aparecieron en los 80’s precisamente. Una curiosidad histórica. Tanto EEUU como Inglaterra con sus excepciones, pasaron mucho del tema y aquí inventamos la inigualable movida sin un atisbo de vergüenza ajena. A grandes rasgos los treintañeros prog de entonces nos buscábamos la vida como podíamos. Algunos entraron en el armario para no salir avergonzados por las tropas nuevaoleras o de rock casposo y allí se quedaron. Otros aguantamos el tirón a pesar de que nos apedrearon de lo lindo. Los más pusilánimes se pasaron cobardemente a la new age y los menos adaptamos un cordón sanitario para no caer en la estupidez reinante. Fue divertido visto desde la perspectiva del tiempo y personalmente satisfactorio por no ceder un ápice a las nuevas tendencias. Los sinfónicos como despectivamente nos llamaban parecíamos a la resistencia francesa ante la invasión nazi. Los snobs y chaqueteros no tuvieron ningún problema porque siempre llevaban la vaselina a mano y pasaporte falso. En los países más civilizados musicalmente no sé notó tanto como aquí y Suecia entro otros colindantes mantuvo siempre un nivel más que aceptable a la hora de hacer música. La reencarnación de Von Zamla siguió haciendo música desafiante y atractiva porque tenían a su peña que los seguía y apreciaba, pero aquí podían crucificarte sin misericordia. Os cuento la historia tal como fue. La película de aquella década daría para un entretenido libro.
En “No Make Up” grabado en Alemania en 1983, Zamla pasan a ser un sexteto y podría decirse que su música avanza continuamente hacia terrenos complejos tanto emparentados con en Canterbury más avanzado tipo The Muffins o However (la excepción USA a la regla) o algo menos con las líneas francesas avandgarde tipo Art Zoyd incluso añadiría a sus compatriotas de Isildurs Bane de los que ya hablé en su momento. En consecuencia, la música en esta ocasión también se adentra hacia lo clásico contemporáneo probablemente mucho más acentuado que en sus primeros discos. Pero como siempre ocurre en este grupo nada resulta chocante o áspero en su escucha. Raro pero agradable que no siempre es fácil de conseguir. Diez temas prácticamente instrumentales con algún efecto vocal extravagante de Haapala a la Zappa (Voice Improvisation) pero que no recurren a amargarte el oído en ningún momento.Alberto Torró
Algunos temas del disco:
Nota: por problemas con los derechos de autor sólo hemos podido poner algunas muestras del disco
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