En los últimos años hemos visto cosas curiosas: grupos antiguos que se juntan llevando décadas sin tocar. Reediciones sin fin de discos amortizados por el tiempo y en formato boxet ultra-remasterizados cien veces para mayor ansiedad del melómano. Cambios de opinión repentina hacia el lado que interese en el momento o la tendencia de gente que antaño aborreció el estilo que tocaba porque los tiempos habían cambiado y sentían vergüenza de sus propios logros. Cambios de chaqueta innumerables (Steven Wilson) para estar al día y ser guay e interesante y por seguir exprimiendo ventas, aunque fuese haciendo música antagónica a sus gustos. Meterse en otras bandas para no aburrirse, contradecirse etc etc etc.
Leí hace algún tiempo en blogs del prog moderno cosas como que el progresivo de los 70´s había muerto y solo las bandas actuales tenían algo que decir. No ha muerto el prog de los 70´s, es un estilo perfectamente configurado lo que tan solo sus creadores se han hecho ancianos y aburridos. Me causa estupor considerar el rock progresivo como una moda y no como un movimiento o estilo determinado de música. Más me duele que el estilo se haya convertido en una ensaladilla rusa sin criterio y se considere progresivo todo aquello que pase de 5 mtos y lleve algo más de tres acordes y un par de cambios de ritmo. Pero este es otro tema.
Mientras la música que se ha estado haciendo en las últimas décadas era, es y será mala de solemnidad forever and ever, los que por edad vivieron aquella originalidad, estuvieron callados como putas. Por cobardía. Maldiciendo incluso. Por el que dirán. El mercantilismo acaba pudriéndolo todo. Sin embargo el llamado rock progresivo ha entrado a formar parte de la historia de la música de igual manera que el jazz, el blues o la música clásica. Ha logrado desbancar los cánones de “música popular” de los que el “rock” en su estado social y su función de masas, no ha conseguido. Esto es así y a aquellos que les molestó siempre la etiqueta de pretendida cultura burguesa del “rock sinfónico” por ejemplo, van a tener que fastidiarse porque nadie puede pretender que el arte sea una “lucha de clases”. Birras, tetas y rock´roll es la filosofía o lo mismo que decir “música del pueblo y música para el pueblo”. Esta argumentación tan pobre y obtusa se llevó al límite y yo llegué a escuchar cosas tan delirantes y estúpidas como que ELP o Renaissance eran música “fascista” y reaccionaria. Fascista y reaccionaria es la política, son los movimientos sociales, los poderes públicos, la banca, la religión, las empresas, las sectas, el liberalismo, los partidos, el Ibex 35 y prácticamente todas las ideologías sin excepción, pero la música nunca. El arte nunca es fascista. Lo es su utilización porque para apreciar el sentido de la música en nuestras vidas hace falta una absoluta apertura de mente y una eliminación completa de prejuicios. La música es inteligencia, es libertad y es vida. Ver y oír a gente de mi generación renegar de aquellos años de absoluta imaginación es debido a una falta de neuronas, de generosidad y de alegría.
Hablemos ahora de decadencia: Ser famosos: Yes, King Crimson, Jethro Tull, los restos de Pink Floyd o los “legados” de bandas en las cuales solo queda un miembro o ninguno de ellos y ver que es patético como mantienen la franquicia por puro negocio o apelando a la melancolía de viejos fans que quieren oír por enésima vez esa versión desnaturalizada y estéril de sus temas favoritos o de sus canciones del recuerdo. Yo soy el primero que caigo en la trampa y si viene fulano o mengano camino de sus 80 años a tocar en Zaragoza soy el primero en ejercer de nostálgico. Pero al salir de ese concierto hay más sensación de pena que de entusiasmo. Luego está la otra cuestión: ellos viven de esas rentas porque ya están secos de ideas. Es muy cómodo tocar lo de siempre, sin convicción de ninguna forma, ni interés. Como la vieja vedette que apela a ancianos salidos y morbosos y decirles fui hermosa hace 50 años y tenía buena voz. Pero el tiempo no perdona. Una retirada a tiempo en un músico es importante si no tienen nada nuevo que decir. Si ya no hay entusiasmo si ya no hay ideas…si ya no queda nada. Dejar paso a los que han cogido el relevo es lo que deben o deberían hacer. No es que la música de los 70´s esté muerta, que no lo está y espero no lo esté nunca, pero al igual que los compositores muertos dejaron su trabajo y su estilo otros deberían continuarlo y por qué no, mejorarlo incluso. Pero este no es el caso. Solo un escaso porcentaje de nuevas bandas jóvenes son continuadoras de cierta forma de imaginación y de calidad. No se trata de imitarlos porque las bandas tributo son como una marca falsificada de pantalones made in minglanilla del campo. Se trata de renovar composiciones interesantes, nuevas buenas melodías, diferentes estructuras. Que la música enganche, diga cosas nuevas, pero ante todo que sea interesante y nos devuelva la emoción perdida que sus creadores marchitos y caducos ya no nos pueden dar. Si esto no ocurre nos tendremos que conformar con nuestros viejos discos que sería un mal menor y dar gracias.
Alberto Torró. Junio de 2019
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