Leo una entrevista con Lasse Hoile, responsable de todo el inquietante universo visual de Porcupine Tree y Steven Wilson. Y como no podía ser de otro modo, difunde el adoctrinamiento al que ha sido sometido por su mesias, como buen apóstol : "La gente no comprende que la palabra "progresivo" no implica hacer lo mismo una y otra vez. Lo que tiene la música progresiva es que debes progresar! Y esto es lo que Steven Wilson hace".
Y yo lanzo ésta pregunta al aire......si "progresar" es volver a hacer canciones de Abba, como en el descaradamente comercial-via-major, "To The Bone".......dónde está ése supuesto progreso? No dejará de ser retro-pop, frente al mal llamado retro prog. Y mientras, por el camino, una burra que nos han vendido. Podría decirse como excusa para el apóstol Hoile, que viene de hacer ruido, thrash y death metal, con Panzerchrist, y que procede de ésos círculos, pobrecico. ..... También Opeth y un buen montón de músicos escandinavos, que ahora lo están haciendo de lujo en el actual panorama, esta vez sí, realmente progresivo. Se trata, como siempre, de talento. Y ahí entran Ring Van Mobius, trío procedente de Karmoy, Noruega. Su actividad comienza en serio sobre 2017, con estupendos live shows poniendo en práctica lo que ellos llaman "progressive rock straight from 1971, but made today". Es así de sencillo, humilde y honesto. Y en realidad, éso es lo que debe definir éste género. Y al que no le guste, pues ahí tiene los jodidos discos de Abba, que como pop no tienen rival.
En ése 2017 ponen en circulación un single (250 copias), que ya alerta de que esto es cosa seria. "Passage To Nothing" (3'07) podría estar en los dos primeros de King Crimson o el de McDonald & Giles, irradiando pura fascinación prog de 1969. "When the Sea and the Universe Were At One" (7'12) recoge más influencias, gracias al crepitoso Hammond L-100 de Thor Erik Helgesen, teclista, cantante, compositor y líder de Ring Van Mobius. Aquí los Camel del primer disco se entrecruzan con Cressida, Quatermass o Beggars Opera. Einstein dijo que se podía viajar en el tiempo y RVM lo ponen en práctica con facilidad pasmosa. Completan ésta máquina del tiempo, Havard Rasmussen (bajo, efectos), y Dag Olav Husas (batería, percusión, efectos). En 2018 fichan por un sello prog en alza como es Apollon Records (no haré chistes), y editan "Past The Evening Sun". Nuestro vikingo dios del trueno suma al histórico órgano, Fender Rhodes electric piano, Clavinet D6, Moog Satellite y Korg MS20. Son tan legales, que el generoso sonido de mellotron que se escucha, lo añaden a los "efectos" que acreditan los otros miembros. Al tiempo, ya caerá uno de verdad, estoy seguro.
La primera cara corresponde a "Past The Evening Sun" (21'39), pieza subdividida en seis partes. El arsenal vintage entra en acción en cero coma, secundado por la elegancia en el vestir rítmico de la banda. Y el saxo invitado de Karl Christian Gronhaug, parte importante en el sonido del disco. La voz recrea ése tipo de cantantes prog "de élite" como Lake / Wetton, con su propia idiosincrasia. Pero los arranques paranoicos del órgano deben más a Hugh Banton que a Keith Emerson. Éste último tiene su influencia en algunos momentos más The Nice que ELP, lo que no deja de ser curioso, pintoresco y bastante original. Pero es VDGG la banda que más recordamos conforme se desarrolla ésta sobrenatural y psicofonica suite. El saxo es un buen emulo de David Jackson (sería "peyorativo" comparar a un saxofonista actual de jazz, con John Coltrane?.....Claro que no). Y Thor pone el alma, cuerpo y mente en su trabajo vocal, como lo haría un Peter Hammill cantando en sus inicios historias de vikingos. Ahora son los vikingos los que le cantan a él. El macrotema, su particular "A Plague of Lighthouse Keepers", está perfectamente estudiado y estructurado, sin dar impresión alguna de relleno o cansancio compositivo. La profundidad existencialista (VDGG), o la otoñal melancolía (early KC), también tiene un fuerte componente en el diseño estilístico de la banda. Y así va transcurriendo, como una perdida grabación (altamente valorada), del "Pawn Hearts". No diré más.
Doy la vuelta al vinilo (azul, para más señas), y sonidos queridos en el subconsciente, de Rickenbaker, se mezclan con grandes platos y mellotron virtual, en "End of Greatness" (5'51). Para otro mesías y rey de la excentricidad como Robert Fripp, esto será "ir hacia atrás"......Pero tocar con 500 baterías y 350 bajistas en el escenario, como hace él, será lo más del progresismo. Definición de "progresar" para Fripp : Me toco los cojones a dos manos, hago lo que me pasa por ellos, y vosotros, pobres mortales, babeais y cantais alabanzas. Si "End of Greatness" la hubieran hecho ahora los actuales KC, estaría en los altares del Vaticano Prog (Mag). Menos cajas de 30 cds y más material nuevo de consistencia, tío listo.
"Racing The Horizon" (11'55) tiene un punto floydiano delicioso, con ese encantador Rhodes llenando atmosferas en su comienzo. Aunque VDGG sigue ejerciendo implacable, necesaria y bienvenida influencia (nunca copia!), en RVM. La producción, que ha ido de mano de Helgesen y el bajista Rasmussen, es insuperable. Comparable a un Charisma del 72. Una reconstrucción de sonido perfecta. No es vintage, es auténtica, REAL.Y frente a todos esos mercachifles sabirondos y teóricos de lo banal, sólo tengo una respuesta : "Past The Evening Sun", por Ring Van Mobius.
J.J. IGLESIAS
Nota: si te gusta el artículo compártelo (Facebook, Twitter, g+, etc) pulsando en
que está al final del artículo, de esta forma contribuirás a la continuidad del blog. Gracias