Los discos de Bent Knee son casi una continuidad conceptual de exuberantes ideas. Ellos construyen la música en base a una rica argumentación y no tienen ningún inconveniente en ofrecerte constantemente el factor sorpresa.
El diálogo sonoro no tiene fronteras ni afirmaciones estilísticas. Ellos cogen la música. Toda la música si me lo permitís y modelan una escultura única. Una forma completamente nueva de composición que dejo a algunos que se atrevan a etiquetarla. Yo no hablaría ya en términos de rock progresivo porque probablemente están ya en otra cosa que los críticos todavía no han inventado. No suenan a nada conocido y de aquí a unos años pueden convertirse quizás en una banda de referencia hacia nuevas formas de componer música. Ensombrecen por completo a la mayoría de bandas asépticas de su generación. Son elegantes, frescos, atrayentes y nada previsibles. Ya lo vengo diciendo de todos sus discos anteriores. Hay tantos estilos de buena música de todas las épocas que casi los definiría como unos modernos intemporales. Es muy difícil que sus composiciones se vuelvan desfasadas con el tiempo porque beben de raíces inteligentes y de tradiciones académicas de la misma forma que lo hacen con lo más vanguardista y futurible. Parten de un concepto de investigación que se fundamenta en el placer de la escucha. No hay un divorcio pretendidamente intelectual como ocurre con otras músicas como el RIO o el free jazz o la música de cámara contemporánea a los que les importa un bledo el oyente y solo tocan para ellos mismos. Si tocas en directo y aburres al auditorio es patético. Cuando un músico no conecta con su audiencia y no estoy hablando de hacer música con concesiones comerciales sino todo lo contrario, su trabajo es un pozo seco. Dar con un trabajo musical que sea a la vez atrayente, fascinante y complejo es lo más meritorio que un músico puede llegar a hacer. Cuando decimos que la música es buena, es porque ella ha ejercido una impresión beneficiosa en nuestro cerebro. Independientemente de la calidad objetiva de la misma. De joven solía pensar lo que piensan muchos músicos snobs de ayer y de hoy: “toco para mí… o la gente no está preparada para entenderme”. Tal gilipollez ha llevado a la vanidad y al engreimiento a muchos genios consagrados. Otra cosa es que hagas música solo para ti solo porque te divierte pero esa es otra historia.
Bent Knee consiguen realizar una música de altísima calidad con una facilidad pasmosa para agradar al oyente. No contemplo mayor satisfacción para los que hayan decidido trabajar con los misterios del sonido y con el oficio de compositor o intérprete. Nombrar los temas de “Land Animal” para hacer un ejercicio de análisis de cada canción no lo veo relevante. Lo verdaderamente relevante es conseguir que estos 57 mtos de música penetren en el oyente como un todo indisoluble. Eso sí es un mérito.
Alberto Torró
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