Jobriath era un ser llegado de otro planeta. Una criatura delicada dispuesta a rivalizar sin miedos contra el todopoderoso David Bowie. Bruce Wayne Campbell sufrió la cara y la cruz de su éxito por culpa de un manager llamado Jerry Brandt. Queriendo convertirlo en la figura más grande del rock desde Elvis, el cazatalentos promovió el arte de su pupilo de mil y una maneras, decantándose a la postre por airear su homosexualidad cual carta de presentación.
Jobriath terminó sufriendo el desprecio de Elektra y el ostracismo a la hora de intentar una continuación a su debut con una seudo obra conceptual en formato LP titulado Creatures Of The Street. Su sello le terminaría retirando el presupuesto necesario para unos bolos que hermanasen teatro y música, puestas en escena que Campbell tenía pensadas como extensión de sus vinilos. En el espacio televisivo Midnight Special ya dejó constancia de parte de aquello al interpretar en directo “Rock Of Ages” y “I’m A Man” de su primer álbum discográfico.
La explosión resultó el segundo de los citados, una canción que esconde la grandiosidad y el respeto que tenía por sí mismo el artista. «Sí, soy un hombre frágil, soy un hombre. Paso brillante y suave al tacto, un caballero. Sabes que podría amarte; pero si debiera amarte entonces te tendría que amar en la forma en que un hombre ama a una mujer, y vivir mi vida como la he estado viviendo. Mi cuerpo reclama a mi mente y alma, así que déjame ser lo que soy, un hombre elegante», cantaba en la parte central de la composición un Jobriath lleno de tesituras vocales y una belleza dramática feroz en pleno crescendo instrumental. Esto, unido al hecho de que en ocasiones pronunciase a lo largo de la letra el título “I’m A Man” como “I Maman” (“Yo mamá”, si se traduce en francés la segunda palabra), dota de un orgullo y un saber estar que no le iba a robar ningún cantamañanas de la censura norteamericana.
El resto de la grabación era un continuo hilo de sorpresas: la apocalíptica y cruda en riffs de guitarra “World Without End”, las emotivas “Be Still” o “Take Me I’m Yours”, ambas con el corazón en la mano, esa cinemática muestra de encanto en “Movie Queen” o la pena del artista de variedades que por dentro es un hombre común (“Space Clown”, posiblemente embrión de lo que trataría Alice Cooper en su futura tonada “Escape”). Demasiado maravilloso para ser de esta galaxia.
por Sergio Guillén
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