Este es un álbum de la familia Magma y más concretamente de su bajista en la mitad de los 70´s. En las teclas le acompaña otro magmático: Patrick Gauthier y diez músicos más, coros masculinos y femeninos, guitarrista, teclado Fender de apoyo más sección de viento y percusión.
Para los fanáticos del bajo este es un álbum perfecto con tremendos riffs y complejas aristas instrumentales, pero todo en un agradable ambiente jazz rock. Si miramos los años 80´s desde una perspectiva minoritaria se hizo música muy compleja desde el momento que la gente cabreada o desilusionada por la tendencia musical imperante se buscó otras alternativas en músicos que de igual manera se revelaron ante la modorra y vulgaridad del mercado musical. Lo curioso de esta época es que debes pescar en un mar de sargazos y basura a pequeñas y raras especies de peces que no comen lo mismo que los demás. La escasez de música decente llevó a la gente a rebuscar entre la basura algo mínimamente valioso que no te convirtiese en zombi, sintieses vergüenza ajena o te hiciese bostezar.
Muchos nos conformamos con lo menos “malo” que no deja de ser patético, pero ante la falta de un disco progresivo de calidad buscabas consuelo en el folk, el pop art elegante, la electrónica, los discos del sello ECM y hasta en algunas marranadas de new age con algo de dignidad sonora. Evidentemente tanto el rock en oposición, el zeuhl y hasta el jazz de luxe del tipo Metheny o del Miles Davis funk que ofrecían por entonces servían de refugio. Recuerdo por otra parte que en general veías los discos en los 80´s con desgana y muchos de nosotros compramos alguna cosa de sobra por falta de ofertas y a veces por desesperación y mono de coleccionista. Hoy día ves todo esto en internet y parece un catálogo de ofertas sin interés. Ni que decir tiene que muchos de los discos de los que voy hablando en esta sección fueron prácticamente desconocidos o de escaso circuito en su momento. Solo hay que observar que la mayoría no tenían una continuidad más allá de uno o dos discos, tres a lo sumo.
Bueno el caso es que este robusto disco gustará mucho a los amantes del jazz de vanguardia y músicas con carácter y alta calidad, pero absolutamente nada a los que pierdan el culo por las modernas ofertas musicales. Si me equivocase en esto sería una buena señal porque demostraría que la gente pierde el tiempo en escuchar que no es lo mismo que oír música. Lo que oímos es el ruido cotidiano, lo que entra por las orejas. Si decidimos escuchar es otra historia. Entonces observamos gente que sabe cantar, tocar una guitarra, hacer ritmos excitantes, melodías imaginativas, recorrer con imaginación un teclado, hacer cantar un instrumento de viento y en definitiva despertar nuestra imaginación entonces a todo eso lo llamamos música. El zeuhl está creado para darte una patada al cerebro, para activarlo y a ser posible para no tener que sufrir de aburrimiento. 35 mtos duran las cinco piezas de este disco. Saben a poco porque no es lo que escuchamos de forma habitual y esos pasajes femeninos cantados en japonés celebran una música caprichosa y diferente. Si alguien lee sobre la familia Paganotti sabrá el por qué y la influencia que ejerció su descendencia en el Magma de principios de este siglo XXI.
Alberto Torró
Temas
00:00 Talk Back
07:40 Mitchinoku
15:31 Show Town
20:33 Une parcelle d'Urantia
33:26 Final d'Urantia
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