Las salvajadas sociales perpetradas en Rusia a lo largo de su historia sólo han trascendido tímidamente. La lejanía y hermetismo han impedido saber con más certeza lo que ya sabemos de antemano. Que todo tipo de sistema opresor se ensaña con la cultura. Y eso lo estamos viviendo ahora mismo.
Yuri Vasilyevich Morozov (1948 - 2006) debería de tener una estatua, cuando menos. Su corta vida fue una lucha constante contra la opresión y el KGB. Con medios técnicos paupérrimos, falta de todo tipo de recursos mínimos y bajo la atenta mirada del Gran Hermano soviético. Aún así prefirió continuar con su labor clandestina. Multiinstrumentista y destacado sintetista, ingeniero de sonido desde su propio estudio, (no me quiero imaginar lo que le costaría montarlo, y no hablo de dinero). Grabó medio centenar de álbumes entre los 70 hasta su muerte, en forma de cassettes que la juventud rusa se pasaba como material ilegal necesario para su subsistencia cultural, espiritual y activista. Hizo prog, psych, folk, experimental, jazz y mucho más. Siempre con el peligro amenazante de acabar en una durísima institución psiquiátrica como "premio cultural" a su supuesta disidencia. Sus mensajes esotéricos y enigmáticos eran caldo de cultivo perfecto para que los KGB se frotasen las manos. En toda su marginación, existe algo de heroico que lo hace grande. Ante ésa presión, su fortaleza moral es digna de admirar. No aguanta toda una vida así cualquiera. Su primer trabajo se tituló "Chery Garden of Jimi Hendrix". Desafiante. "Strange Angels" recopila material de los 70 y 80. Inabarcable en un sólo volumen, pero obligado y justo reconocimiento. La primera cara es más instrumental. Cronológicamente comenzamos con psicodelia nada feliz y cercana al kraut.
"Inexplicable" cuenta con instrumentos rock standard, mezclados con marimba y sintes de raros sonidos. Al ser de fabricación rusa, se muestran distintos a nuestro oído occidental. Algo que me fascina."Eastern Telepath" incluye étnica flauta y percusión, con símiles a gurús germanos como Emtidi, Yatha Sidhra o Embryo. Se encuentra cómodo en compromisos kraut, llevados a su particular mundo. Como expone "Violet Vibrations", de filosofía estilística pareja a Limbus 4 o Faust. Arma de destrucción masiva a los ojos de represores soviéticos. Aún así, Morozov militó también en bandas de "rock terrorista" como DOT, Aquarium o Chizh & Co. Más valientes para la causa. Radicalismo se combate con radicalismo.
"Machine Dancing" estaba adelantado al electro y sonidos rave 90, desde sus moldeados cibernéticos subversivos absolutamente contestatarios. Con dos cojones, vaya. El histrionismo desaparece en "Avidia". Descubrimos su necesidad de reivindicar al ser humano con sus libertades, emociones y sentimientos. Frente a ése ente frío, robótico, sumiso y maquinal, destinado sólo para mano de obra industrial. Lo hace con sinfonismo pastoral de sintes no alejados de pasajes propios en Novalis o Deuter.
"Return to Atlantis" experimenta con surrealismo ruidista en mezcla electroacústica y electrónica. Tecnología Soviética al servicio de sintetizadores vintage 70s de única naturaleza. Algo que no me importaría experimentar.
Batería y piano eléctrico son protagonistas de "Sadly All" (revelador título). Ahora acercándose al radical Canterbury. Queda todavía una segunda cara y ocho cortes en los que, ahora sí, incluyen voz como instrumento más. Un Zappa ruso con rebosantes ideas y parajes experimentales nunca antes visitados. Turismo de aventura necesario.
J.J. IGLESIAS
Temas
A1 Inexplicable (pt4)
A2 Eastern Tetrapith
A3 Violet Vibrations
A4 Machine Dancing
A5 Avidia
A6 Return To Atlantis
A7 Sadly All
B1 If There's A Life
B2 Algamaguma
B3 Gita Shakti
B4 Blue Star Wonderer
B5 Shall Come Forth The Demons
B6 The Fameless Monologue
B7 Ein, Zwei
B8 Strange Angels