Me pedían no hace mucho reseña para Rockliquias del único disco de Hot Flash. Pongamos en antecedentes. Fue una banda procedente del área de Boston. En plena fiebre mundial de los propios Boston con su debut. Si bien no existen muchos parecidos, sí que coinciden en estrategia. Inevitable que el pomp rock corra caliente por las venas de Hot Flash.
Quinteto formado por Fredric Schwenk (guitarra, flauta, voz), Thom Stolar (teclados, flauta, voz), Joe Prima (teclados, voz), John Ferrara (bajo, Moog bass pedals)y Steve Balsavage (batería, percusión, voz). Aquí cantan todos, con dos teclistas y pedal de bajo Moog. Todo eso ya dice mucho. El único álbum en prensaje privado de 500 copias, llevaba el subtítulo "They'll Never Take Us Alive", lo cual fue verdad, porque nunca más se supo de Hot Flash. Una lástima. Hoy es un álbum muy considerado tanto en círculos pomp/AOR como progresivos, y es que de todo tenemos en "First Attack!".
El inicio de "Take me" (5'34) podría ser de un álbum de Starcastle, con bajo Squire preponderante y moogs en dominación. La voz solista es melodiosa y agradable (aunque no sé de quién). Y la coral es, como se espera, espectacular. Muro vocal en línea de los Styx de esos días. No escatiman en tensión hard en la guitarra de Schwenk, que equilibra lo prog con la solidez rock. Para ser privado, lleva una producción muy estimable. Hacia vientos midwest nos lleva "Is Anybody Out There" (3'42), con un piano acústico llevando las riendas de la canción al estilo REO Speedwagon, o The Mark & Clark Band/ Carnegie.
"King Kool" (6'29) es sustentada por vigas hard en su guitarra rítmica, pero todo el envoltorio es mainstream prog lleno de analogía teclistica, disparando notas certeras sin concesiones. La travesera pone su punto proggy, los moogs no paran de aullar, y la andanada pomp aglutina todos los elementos, como en el debut de los británicos Magnum. Hammond y guitarra solista dan el punto classic rock (eso ahora, que por entonces era de lo más actual!). Como intervalo sinfónico "Theme for a Saturday Matinee" (1'51) podría ser Focus, por su instrumental delicadeza europea. "They'll Never Take Us Alive" (4'34) trae su punto teatral a lo Broadway, muy Styx / Ambrosia del comienzo, en su composición. Altamente original, casi vodevilesca, con emersoniano órgano y un tremendo soporte de bajo, (casi hasta demasiado en la mezcla), pero de pegada arrolladora. Desde luego que no deja prisioneros.
Con un nombre como "Uriah" (7'09) ya se podrá imaginar el lector que aquí el Hammond es protagonista, la coral es magnífica, e imagino una recreación a propósito del sonido "Salisbury" / "Look at Yourself". Puede que se refiera al personaje de Dickens, pero la música habla por sí sola. Aquí hay tanta imaginación e ingenio como en los homenajeados. El batería se sale con sus cábalas percusivas, de alto nivel, al estilo de un Barriemore Barlow. Poderoso y me quedo corto. Pieza de las destacadas, seguramente. Otro intervalo sympho, ahora con acústica a la Howe como intro, es "Victory March Thur Tinsylvania" (1'27), que es como una viñeta de una historia sin contar. Aunque tiene su continuidad en "Star Warped" (4'05), en un frenesí pomper de ardor Kansas. "Cathedral of The Ancester" (3'30) en piano intro, atrae majestuoso hard sinfónico de grupal brillantez instrumental, de nuevo con Heep influencia. "Diamond Wings" (6'10) pone el sello final con más sinfonismo hard rock, jugando con habilidad con los elementos descritos. Todo muy bien combinado. En un perfecto equilibrio que gustará tanto a la parroquia pomp como a la prog (sector : amplitud de miras).
Al margen de etiquetas, se trata de un disco independiente extraordinario. Casos como éste, los hubo con más frecuencia de la deseable. Pero era el signo de unos tiempos irrepetibles.
J.J. IGLESIAS