La nueva corriente electrónica que viene de Suramérica viene pegando fuerte. Procedente de Valdivia (Chile), Roberto Marconi nos presenta su segunda obra tras su debut "Continental" (2020). Un álbum conceptual dedicado al icónico libro de Herman Hesse, "Siddhartha". Un sólo tema de 37 mts, en continuidad narrativa de 12 temas correspondientes a los capítulos del mismo volumen. En clave de síntesis electrónica de añejo y sabroso sabor.
Con un perfecto stereo que realza las pantallas, "The Son of The Brahman" nos adentra en un mundo de filosofía sencilla, humilde, simple si se quiere, pero honesta y profunda. Exactamente como la música de Marconi. Llena de un amplio abanico de sensibilidades. Algo que éste sintetista trata de resaltar a cada capítulo / tema. Analogía maravillosa que planea en altitudes de dimensión alemana, aunque con nuevas brisas y aires. "With the Samanas" conlleva étnico tratamiento de posibles influencias autóctonas, que pinta perfecto en el entorno encuadrado temáticamente. Sombrío y de peligroso sentir climático, transporta a exploraciones de primeros Tangerine Dream, cuando las nebulosas cósmicas surgían sin necesidad de motor secuencial. "Go Tama" toma explícita e hipnótica sonoridad a templo hindú. Como un legado heredado de Popol Vuh o Deuter, con resultados igual de fascinantes. Desemboca en un mar de majestuosidad analógica llamada "Awakening", un océano hipotético de color plata- mercurio, de sinfonismo envolvente e intensidad emocional indiscutible. En clímax ascendente, avanza la reptilesca continuación "Kamala". Sigue el viaje iniciåtico en "With the Child like People", en un lento fluir digno de un Edgar Froese mid-70s.
Para continuar por las líneas musicales sobrias y reflexivas de "Sansara", tal como el libro refleja. Perfecto soundtrack de éste, con bellas pinceladas sonoras que crean un enorme mural, en cada pequeña ilustración electrónica plasmada. "By the River" alza el vuelo en un desdoblamiento astral lleno de melodía regresiva y progresiva, con ingrediente kosmische de indudable buen gusto. Un calmado oleaje trae "The Ferryman", con pausada sucesión de cíclico cromatismo, mantra electrónico espiritual, altamente introspectivo. Florian Fricke dejó buenos alumnos en sus divinas enseñanzas. Algo más cósmica vintage se presenta "The Son", con recuerdo entrañable floydiano en su cara oculta lunar, de pinceles similares al EMS Synthy. De clásica y siempre (ahora retro) futurista imagen. EM que inunda hemisferios cerebrales con positivas ondas sensoriales. La auténtica y definitiva calma de la separación material corpórea, llegará con "Om". Cercano fin del viaje en pacífico autoconocimiento del todo universal. Y el final llegó con "Govinda", en una oda al amor en su máxima expresión, que el propio Jon Anderson hubiera disfrutado. Porque esto es como una magnífica ascensión a los cielos de la nave Moorglade. Un triunfo absoluto de la creatividad.
"......Y su sonrisa recordaba todo cuanto había amado en la vida, todo cuanto había considerado valioso y sagrado". (Herman Hesse).
J.J. IGLESIAS