A mediados de los años ochenta Ozric Tentacles comenzaron a editar en oficialidad, demostrando a los pocos álbumes que eran capaces de hacer de su capa un sayo y montarse auténticos universos desconocidos no necesariamente en onda imperante. Se les catalogó de psicodélicos al igual que de progresivos espaciales, aunque parte de la crítica les quiso expulsar de este saco con en salto de década, debido a sus repeticiones electrónicas o esas paletas que van del dub a lo alucinógeno de Hawkwind.
The Yumyum Tree es un disco compacto que perfectamente puede volar tras la estela de The Floor’s Too Far Away. Aquí no hay la mezcla entre bucólico, introspectivo y pizca tribal de Erpland. Los paisajes sonoros son muy evocadores, totalmente bailables en su mayoría, sinuosos a la par que diestros en la velocidad.
Si proyectos como Ship Of Fools buscaron sus huellas en un trabajo como Let’s Get This Mother Outta Here, Ozric Tentacles se saltan su propia leyenda –como vienen haciendo en este nuevo siglo– y siguen el camino encantando con fotografías de lo rítmico aterrizado desde otras galaxias. Moduladores del entendimiento tan crecidos como para hermanar el jazz con el breakbeat.
Lunáticos de las nuevas tecnologías con los pies en la tierra. Lo instrumental como camino por el que lograr una forma de expresión experimental que va más lejos de lo que Tangerine Dream soñó en sus elepés más moviditos. Excelsos pero sin lazo con el que atarlos, algo que hace aumentar su interés a cada nuevo trabajo de estudio.
por Sergio Guillén
sguillenbarrantes.wordpress.com