Canadá, tierra de gigantes (qué gran serie!) silenciosos. De los que nada se sabe y son legión de nombres que merecieron más reconocimiento internacional. En Nova Scotia, Ritchie Oakley deja a los Soma y reúne un combo de alta competencia. Wayne Nicholson y Doug MacKay (vocalista y batería respectivos), venían de Horse. Bruce Dixon era el bajista de Sandy Road. Y el teclista John Lee termina de completar la formación. Se patean la tradicional ruta de garitos y solidifican un distintivo estilo. Lee se larga y entra a las teclas Bill McCauley, de la banda Redeye. Pronto fichan y graban su único homónimo álbum, un disco que llegará a oro y que aquí es un completo desconocido.
Su actividad de directo es frenética, coincidiendo en escenarios con Doobie Brothers o April Wine, por citar unos pocos. En el 81 entra un segundo guitarrista, Dave Gallant, pero en 1982 Oakley dan sus últimos conciertos. Terry Brown va a ser uno de los ingenieros tras los controles, que imprime un sonido directo y recio, pero apreciable en cada detalle.
"Rock'n'Roll Gypsies" se instala en la apertura con Hammond predominante y clara pretensión hard rock. La frontera temporal entre décadas dictamina el sonido de Oakley. Por un lado el rudo hard 70s, todavía está allí. Aunque los estribillos corales, perfilan un lado melódico que ya está a punto de entrar a escena en avalancha radiofónica. Para una idea aproximada, el debut de Axe de 1979 puede ser un ejemplo perfecto. Música intensa, que sube la temperatura apoyado en la barra del bar, con líneas lo suficientemente pegajosas de engrudo midwest para competir con Head East. Eso es "Guitar Man", y el solo de Ritchie Oakley añade ingredientes jazzy a su excelente intervención.
Un ligero giro al funk casi mirando a la pista, en "Sticking with You". Aquí ya rozan el AOR bailable, con clavinet en primer plano y el inapreciable (hay que poner oreja) saxo invitado de Mark Rivera. Famoso al año siguiente, por su archiclásico sólo en "Urgent" de Foreigner. "I Almost Call Your Name" precisamente, parece emular el estilo de éstos, con Wayne Nicholson en vena Lou Gramm. Excelente en "Sidewinder", como una mezcla de Rainbow, Fandango y Stonebolt.
Un fogoso talking box abre la cara B con "Don't Kick a Man". Algo así como los Whitesnake pre-"1987", en su línea más vacilona. "Good Rockin' Tonight" lleva una deliciosa onda Montrose-Gamma que funciona a la perfección en Oakley. "Ride Em Cowboy" y su slide vuelve a tesituras Axe / Blackfoot, demostrando la flexibilidad de la banda y la adaptación estilística de su líder. Otra que parece hilada por los Whitesnake de Marsden/Moody es "To You". De hecho poco después de grabar, entraría un segundo guitarrista. Cierran con "Runnin' Wild", un hard blues coverdaliano con la armónica de Pat Riley y de nuevo Mark Rivera al saxo.
Olvida la horrible portada y sus feos caretos (que luego copiaran Loverboy con imagen más agraciada). Ésta banda pudo tener sitio en aquel antológico "Striktly For Konnoisseurs", que tanto bien hizo a los aficionados al rock fantasmagórico nivel A. Oakley fueron grandes en su zona canadiense, aunque sólo fuera por cinco minutos.
J.J. IGLESIAS