Por su historia política, Armenia no parece el lugar apropiado para ver florecer bandas de rock progresivo. Aunque haberlas, las hubo : Zartong, Tigran Hamasyan, Bambir o Artsruni. Y no parece que se viniera a perder la tradición, con ensambles tan afortunados como Oaksenham. Fundados en 2001 como un sexteto dedicado a la plena conservación del progresivo instrumental 70s, desde todos sus ángulos.
Vahagn Papayan (bajo, productor), Ashot Korganyan (batería), Vardan Gasparyan (guitarras), Anna Adamyan (teclados), Valeri Tolstov (flauta) y Koryun Bubikyan (violín). Además de invitados al cello, bassoon, corno ingles, french horn, arpa, clarinete u oboe. Surtido de sonidos Cuétara para mayor paladar de los sentidos. Tras graduarse todos en Yerevan State Komitas Conservatory, llegan a grabarse en 2002 un live, "Woden's Eve Live". Que circula como un pequeño secreto entre los círculos progresivos mundiales. De tal modo que para el 2006, los franceses Musea les editan su único álbum (que sepamos) hasta la fecha, "Conquest of the Pacific".
Con arcano sonido de órgano y violín se abre la intro "Anthem the Unseed Land". Y una guitarra a la John Renbourn seguida de una deliciosa flauta campestre, nos trae "Water Spark" (6'25). Entra un huracán de sonidos perfectamente audibles y bien producidos. Que igual suena a Fairport Convention que a Dream Theater (pero poco). Pasando por Jethro Tull, Solaris, Yes, Popol Ace/Vuh (Noruega), Mini, Jiri Stivin, Pär Lindh Project, Trace o ELP. Hala, todo de golpe, al mogollón. Aunque todo goza de una organización matemática perfecta en la composición. Asombran, empequeñecen al oyente con tal derroche de habilidades en caída libre. Un remanso de calma con la bella "Elfy" (1'30), folk rock de vintage sabor.
"The Way Back Home" (9'26) vuelve al vórtice de estilos combinados. Ahora es Gryphon los señalados, bajo un manto hard rock que apuntala maneras Martín Barre. Y que a veces, con Hammond predominante, entra en territorio Kansas. Así que hazte un croquis. Por si no es suficiente, (y lo es, de sobra), las dos siguientes, "Talybont" (2'46) y "On Reflection" (4'40), son versiones instrumentales del repertorio sagrado de Gentle Giant. Otros dioses a los que Oaksenham veneran con fe de mártires. Maestros orfebres medievales, tañendo acero progresivo de nivel 70s. "Time Out" (3'59) continúa por allí. Tiempos de Camel, Curved Air o Darryl Way's Wolf.
Para el final dejan los 27 mts del tema-título dividido en 5 partes magníficas. Una mutación grotescamente buena de Gryphon y After Crying. Borbotones de lava cerebral que arrasan el espacio con ideas llenas de ingenio y sabiduría.
Un serio desafío a los clásicos de los 70. Se pueden hacer obras a la altura de aquella década, y éste atemporal álbum es una prueba irrefutable de ello. Posiblemente tan bueno, que no tuvo más continuación. Ying y Yang.
J.J. IGLESIAS