Esta es la feliz historia de un desencantado. Thomas Klarmann fue un activista prog en los 70, estando en bandas del género, así como de jazz rock. En posteriores décadas abandonó lo que creía perdido para siempre, para dedicarse al jazz. Para reencontrarse con la música de sus amores en el Renacimiento de los 90.
Desde Mainz, Alemania, fundó Argos y editó su primer disco en 2009, más como un proyecto personal. Pero la cosa fue creciendo y cimentando, y acabó siendo un grupo. Con "The Other Life" ya van por su sexto trabajo, en una discografía más que interesante. El arte del mimetismo, llamo yo a lo de Argos. Es su estrategia, y les funciona porque además saben componer. Cada canción te puede sonar a un capítulo glorioso del rock progresivo. Ulf Jacobs es el batería, Akos Bogati-Bokor (guitarra, teclados, coros, bajo y producción) y Robert Gozon (voz solista y teclados). Klarmann es teclista, voz solista, bajo y flauta. Tres teclistas. Cuatro si contamos al invitado, Thilo Brauss. Eso dice mucho.
En "Chameleon Sky" (6'31) entramos en un mundo paralelo, con "una canción nueva" del primer álbum de Peter Gabriel. Captan su esencia como él mismo. Y eso no es nada fácil. El entramado grupal es fantástico, soberbio y entusiasmante. Una canción redonda y de positivo sentimiento. Tristeza otoñal nos trae sin embargo, "Broken Mirror" (6'45). Otro bonito retrato de época que no busca el efectismo fácil, sino la composición en primer lugar. No desatienden la potencia sinfo, y "The Twilight Mind" (6'45) recupera a los primeros IQ con acierto científico. Flauta y órgano ponen el toque vintage, y la guitarra el nervio preciso. Es una maravilla más en un álbum que no baja el nivel. El espíritu bohemio de Kevin Ayers aparece en "Johnny Head in-Air" (5'26), como una respetuosa revisión a ensoñaciones eternas del tipo "Bananamour" o "Whatevershebringswesing". Alma de Canterbury que subraya con el saxo el invitado Marek Arnold. Preciosa gema, de veras, aquí me han desarmado.
Ahora serían Camel los elegidos para un mimetismo influyente, en "I Carry Light" (5'47). Algo diluido en esencias afirmativas, y con un estribillo muy Starcastle. Más bruscos y hostiles están en "The Trial of the Pyx" (7'59), con King Crimson bastante en mente. Luego pasan a genetismos etapa "The Lamb", en un tema completísimo, lleno de detalles a paladear. Atractiva "Weak End" (3'10) y sus devaneos claros a Gentle Giant. Brillante "The Sail See Hotel" (6'24) con ún poco de todo, en cierto modo al estilo de The Flower Kings, (están a su nivel). Y "The Library of the Future" (3'26) termina con los gabrielismos que comenzó, pero más cerca de "Foxtrot" o "Nursery Crime". En una bella conjunción melódica entre acústica y mellotron, y una voz que encandila.
Argos no inventan nada, pero reinventan de lujo. Recomiendo también su obra anterior, es un tiempo bien invertido.
J.J. IGLESIAS