Desde que, en 1978 y con apenas 13 años, Xavier Valiño se arrancase a hacer radio con Paso A La Juventud (Radio Popular de Lugo), este comunicador no ha parado. Periodista y crítico musical ha trabajado durante todos estos años tanto en radio como en televisión, en prensa escrita o revistas especializadas como en portales musicales de Internet. En su Web Ultrasónica (http://www.ultrasonica.info/) recoge los artículos que ha publicado desde 1983 (en 2010 fue galardona como Mejor Portal Musical por la revista Santiago Siete). Además, Xavier tiene en su haber, ya sea como autor único o coautor, quince libros; por lo que Las 100 Mejores Películas del Rock, obra debido a la cual me entrevisto hoy con Valiño, hace la número dieciséis.
En el texto que introduce este libro hablas de la significativa importancia que tiene en tu vida como cinéfilo la película de 1985 Yesterday del polaco Radosław Piwowarski. ¿Qué recuerdas de aquel momento, de aquel primer visionado del citado largometraje?
Más que nada, lo que recuerdo es cómo se parecía a mi propia vida. La película cuenta la historia de cuatro chavales que estaban creciendo en una dictadura y que intentaban evadirse de la situación política y social imitando a sus ídolos, The Beatles. Yo empecé cantando en un spanglish ridículo las canciones de The Beatles subido a los carros de vacas de mi aldea, así que me veía en la pantalla. Además, contaba una historia amarga con una relación amorosa frustrada, con la que cualquiera se puede sentir identificado, tal y como me sucedió. Y era cuando comenzaba mi carrera universitaria en una gran ciudad, teniendo al alcance por primera vez películas en versión original subtitulada, algo que me deslumbró y a lo que ya no pude renunciar desde ese momento. Era otra forma de ver cine en la que, además, se unían dos de mis pasiones absolutas: la música y el cine. Si además me permitía viajar a otras latitudes, se le añadía una tercera: los viajes. Imposible mejorarlo.
También en la introducción del libro dices lo siguiente: “pronto acordamos limitar este volumen a películas musicales de ficción…”. Utilizas el plural, haciendo referencia a Juan Puchades, el editor de la obra. ¿La lista de películas la hicisteis entre los dos o él únicamente te aconsejó de lo que sí o no debería aparecer en Las 100 Mejores Películas del Rock una vez hecha tu selección?
Para bien y para mal, la responsabilidad de la selección es exclusivamente mía. Mi propuesta inicial era incluir todo tipo de películas musicales, pero el editor me propuso dejar los documentales para una segunda entrega, incluyendo ahí los conciertos filmados, que no dejan de ser documentales, algo que inmediatamente acepté porque así me daba la posibilidad de incluir muchos más títulos, el doble exactamente: 200, 100 en cada uno de los dos libros. Por eso este libro recoge las películas de ficción (incluyendo falsos documentales como This Is Spinal Tap o The Rutles, que son, claro está, películas de ficción) y los documentales verán la luz en un segundo volumen próximamente.
En tu selección por décadas, las dos cuya representación de películas analizadas es mayor son los años 70 y el decenio que va de 2011 a 2021. La hornada setentera de filmes musicales, óperas rock y demás, es obvia; sin embargo, a muchos les sorprenderá que la de los últimos diez años sea la ganadora en cuanto a películas seleccionadas, ya que nada más mirar el índice del libro uno se percata que pasan de la veintena. ¿Por qué crees que hay una segunda juventud para este tipo de propuestas en la actualidad?
En cuanto a los años setenta, no hay duda: se trata de una de las eras doradas del cine a nivel mundial y, más concretamente, el norteamericano, y coincidió con una época en la que el rock era la música que escuchaban los directores que empezaban a despuntar. Y en cuanto a la década que acabamos de dejar atrás, creo que se debe a que la música rock ha sido aceptada totalmente y, además, ya no es la predominante –ahí estarían ahora los sonidos latinos o el hip hop–. Sin embargo, tanto los realizadores y guionistas como el público que acude a las salas sí vivió el predominio del rock y por eso siguen prefiriendo que le cuenten esas historias. Además, ya hay la suficiente perspectiva que da el tiempo para valorarlo y representarlo mejor. Veremos si en unos años hay una explosión de filmes sobre el reguetón.
Una vez analizadas siete décadas por medio de estas películas del rock, ¿crees que hay algún detalle característico que diferencia a unas sobre otras? Es decir, que en una destaque más la factura de biopics y en otra sobresalga más la ficción o el género documental.
Es algo que también intenté racionalizar yo, pero al final no conseguí extraer datos lo suficientemente contrastados que me permita asegurarlo. Ya en los setenta, por ejemplo, hubo biopics sobre Elvis Presley o Buddy Holly, Billie Holiday, Woody Guthrie o películas que se basaban libremente en la vida de Janis Joplin como La rosa. Eso se ha repetido en las siguientes décadas, ya que en el libro hay al menos un par de biopics en cada una. En cuanto a documentales, puedo adelantar que la década más reciente el número es mucho mayor que en las anteriores, probablemente porque los artistas ya tienen un recorrido que permita hacer películas sobre ellos y porque los responsables –directores y productores– son gente que vivieron la explosión de esos músicos en su momento y ahora quieren transmitirlo a los que lo vivieron tanto como a las nuevas generaciones.
Al mockumentary This Is Spinal Tap o al filme Quadrophenia, por ejemplo, les dedicas más páginas que al resto de películas, algo normal sabiendo de la mitomanía que hay tras ambas. Hablando del falso documental humorístico de Rob Reiner, ¿qué te pareció cuando lo descubriste? ¿Y ese segundo proyecto, ya en 2003 y dirigido por el mismísimo Christopher Guest –el actor que encarna a uno de los Spinal Tap–, en el que los protagonistas de aquélla se meten en la piel del también falso grupo The Folksmen?
En cuanto a la extensión, decidí darle más páginas a una película por década para romper un poco con la misma estructura en todos los casos y, también, porque creo que hay algunas que realmente lo merecían. No darle mayor relevancia a Alta fidelidad, la cinta en la que todos los melómanos nos vemos reflejados de una manera u otra, habría sido casi un sacrilegio. This Is Spinal Tap me pareció en su momento uno de los mayores logros del cine musical y la recomiendo fervientemente para quienes no la hayan visto todavía. Conozco a músicos que la ven recurrentemente y, generalmente, cuando están acompañados de sus colegas. Están buena parte de los males, los sacrificios y toda la parte oscura del negocio de la música tratado con humor, pero de forma que hace que pienses en ello, sin duda. En cuanto al segundo proyecto, Un poderoso viento, está, evidentemente, un peldaño por debajo de la anterior, pero también tiene momentos hilarantes tratando la escena folk. Además, quise incluir suficientes comedias, que siempre parece que se las valora menos que a los dramas, y no quería contribuir a ello en el libro. Digamos que hice discriminación positiva en favor de las comedias.
Martin Scorsese, Mick Jagger, Rich Cohen y Terence Winter estaban detrás del concepto del serial de 2016 Vinyl, seguramente una de las propuestas más serias y conseguidas en este campo en el que las filmaciones con guion relacionado con la escena musical pasan a conformar los capítulos de una serie. Vinyl quedó inconclusa, cerrada precipitadamente y sin continuaciones que hubiesen tenido su razón y sentido. Todavía se podían contar muchas cosas sobre aquellos días en el show business. ¿Qué piensas sobre su cancelación?
Por un lado, se trata de una decisión empresarial, así que poco podemos decir los demás. Si acaso, como espectadores, comentar que nos hubiera gustado que tuviera continuidad. Es cierto que tenía elementos mejorables o prescindibles, como la trama mafiosa que desviaba la atención del tema principal o que se le prestase más atención a los ejecutivos discográficos –y sus problemas con las drogas– que a los músicos y la música. Pero incluso así, a mí, particularmente, me hubiese gustado ver más temporadas ya que, como dices, fue una década crucial en la industria musical y se le podría haber extraído mucho más jugo.
Almost Famous y Still Crazy son para mí dos de los retratos más sinceros y emocionales –con un plus de comedia la segunda… o tragicomedia– sobre la vida en la carretera de los grupos que levantaron el rock en los años 70. Tanto Stillwater como Strange Fruit son bandas ficticias –existieron unos Stillwater reales, pero no son ellos y además estaban dentro de la escena southern rock–, pero en sus trayectorias se capturan perfectamente muchas de las anécdotas o de los acaecidos a tantas y tantas agrupaciones de aquella década. Una de ellas está ambientada en aquella misma década, mientras que la segunda retrata a unos Strange Fruit que quieren regresar a la música en unos años 90 adversos para su sonido primigenio. ¿Qué piensas sobre ambos trabajos? ¿Cuáles son las películas que para ti mejor capturan la vida “on the road”?
Me gusta mucho la parte en la carretera de Nico, 1988, ya que retrata los últimos tiempos de Nico en su gira por la Europa del Este, con conciertos que no salen bien, drogas, cabreos entre los músicos, actuaciones en pequeños locales. Hard Core Logo, sobre una banda de punk canadiense, también es muy certera. Me parece que ambas representan muy bien lo que viven la mayoría de los músicos. Evidentemente, si hablamos de grandes estrellas, lo que retrata Casi famosos parece muy creíble, teniendo en cuenta que allí estaba Cameron Crowe como periodista siguiendo a bandas de aquellos años y que, luego, él dirigió y escribió el guion de su película de acuerdo con lo que había visto y vivido. Imposible superar un testimonio de primera mano. La rosa también es recomendable
Volviendo a la introducción, explicas las razones de elegir Rocketman (biopic sobre Elton John) en lugar de Bohemian Rhapsody (biopic sobre Freddie Mercury). Háblame un poco más sobre ello.
Hay dos elementos objetivos que me pueden ayudar a explicarlo. El primero es que el primer director de Bohemian Rhapsody, Bryan Singer, fue despedido en medio del rodaje de la película, siendo sustituido por Dexter Fletcher. Eso nos da una idea de la intromisión de productores y otra serie de intereses para que la cinta fuese apta para todos los públicos. La segunda es que Elton John se negó durante años a dar su visto bueno a que se rodase Rocketman hasta que un director –curiosamente, Dexter Fletcher, entregado desde el primer minuto hasta el final de todo el proceso en este film, a diferencia del otro– le asegurase que no iba a edulcorar ninguno de los elementos controvertidos: las drogas, su homosexualidad (es la primera película de un gran estudio con una escena homosexual), su alcoholismo, su consumismo compulsivo... Y, ahora, mis razones, subjetivas y, por lo tanto, entiendo que discutibles, claro está: creo que la película sobre Queen no se mete en terrenos comprometidos y que recrea algunos momentos muy fidedignamente pero sin demasiada aportación cinematográfica (el concierto de Wembley, por ejemplo). Por el contrario, en Rocketman hay más creatividad, más libertad, y no hay ningún reparo en mostrar a su protagonista tal cual es, en lo bueno y en lo malo.
Para terminar, me gustaría que escogieras 5 películas del género, sin importar década de estreno, y que me cuentes la razón de su importancia.
De acuerdo con lo dicho antes, y tal y como está en el libro, pondré las siete destacadas, una por década. En los 50, Semilla de maldad fue la película que lo inició todo, la primera en la que aparece el rock en una gran pantalla y la que inicia la relación cine-rock. En los 60, ¡Qué noche la de aquel día! inventó el concepto de película musical moderna, libre, más de acuerdo con el espíritu de la música que contenía. En los 70, Quadrophenia, un film que marcó a toda una generación por cómo presentaba a los mods de los sesenta y, también, por tener una historia universal, la del chaval que poco a poco lo va perdiendo todo. En los 80, This Is Spinal Tap, ya comentada antes. En los 90, Alta fidelidad, que, como dije, es el libro y la película que mejor representa a los melómanos. En la década de 2001 a 2010, Control, sobre Joy Division, una cinta que me parece de las más conseguidas a la hora de retratar a un grupo y la ciudad en la que surgió (Manchester), dirigida además por un testigo que lo vivió de primera mano, el holandés Anton Corbijn. Y de la década más reciente, la serie Vinyl, también comentada ya.
por Sergio Guillén
sguillenbarrantes.wordpress.com