La bota de Europa y el rock progresivo, poesía. Qué tendrán los músicos italianos que han terminado haciendo una corriente particular de su emotiva forma de entender e interpretar la música experimental. Unreal City desprende el bouquet del más elegante vino Chanti, con ese perfume intenso a fruta madura que retrotrae a la vieja guardia del sinfónico pergeñado en Italia, al clasicismo de los años 70; de la misma forma, y gracias a su producción y manera de manejar las progresiones, también se muestra el proyecto cual banda actual, con un puesto merecido si nos referimos a mirar más allá del marco de la ventana.
Es más que notable la capacidad para moldear los tempos, los cambios de registro, el dramatismo que puede desarrollarse en una melodía pausada, incluso neoclásica, para apresurarse en pocos minutos hacia unos teclados entre espaciales y de atmósferas futuritas (“Atlantis (Conferendis Pecuniis)”). Son tan atrevidos que durante “Dove La Luce È Più Intensa” hasta inyectan en la espina dorsal de su banda, en la base rítmica, el líquido vigoroso del funk. Y para los más aventurados dejan “Horror Vacui”, tema en el que durante dieciocho minutos transitan por los más dispares efluvios estilísticos, todos amalgamados por el bien del rock progresivo de imaginación desbordante.
Emanuele Tarasconi, Francesca Zanetta, Francesco Orefice y Federico Bedostri conforman un joven cuarteto con mucho que decir. Y pensar que antes de este La Crudeltà Di Aprile solamente hay un simple EP, mamma mía, es ecalofriante; es que estoy hablando de un álbum de debut que se encuentra a la altura de cuartos o quintos trabajos discográficos de formaciones consagradas. Tremendo.
por Sergio Guillén
sguillenbarrantes.wordpress.com