Con el fallecimiento de Burke Shelley se pone fin, (o no, véanse surrealistas casos como Thin Lizzy!), a una auténtica banda de culto de los 70. Budgie.
Formados en Cardiff en 1967 como Six Ton Budgie, pronto acortan el nombre, muy identificado con la peculiar voz de Shelley. Que al igual que su protagonismo destacado al bajo, siempre se le ha comparado con Geddy Lee. Pero hasta Lemmy tuvo influencias de Burke Shelley, en su brutal percutir de cuerdas gruesas. De hecho un guitarrista de Hawkwind, Huw Lloyd-Langton, pasó por Budgie. Y un Trapeze, Rob Kendrick. Y un Giuffria/Dio, Craig Goldy, en su última reencarnación que dará fin a la historia del grupo, en 2010. Diez discos del 71 al 82 son su legado principal. Y una inesperada vuelta, trajo en 2006, "You're All Living in Cuckooland". Su estilo como power trío pasó por el acid rock blues, hard rock, prog, heavy metal (influyendo decisivamente en íconos de la NWOBHM), y hasta pomp rock. Ahí ya como cuarteto con el keyboard wizard, Duncan Mackay (Camel, Alan Parsons Project, Steve Harley & Cockney Rebel).
En ésos mismos estudios Rockfield de Gales, donde también grabarian Rush más adelante, se inmortalizó "Squawk", su segunda entrega. Burke Shelley (voz, bajo, mellotron, piano), Tony Bourge (guitarras) y Ray Phillips (batería) atacaban en clave hard blues el inicial "Whiskey River", con la misma competitividad que otros combos de entonces: Jody Grind, Bedlam, Stud, Strife, Groundhogs, Stray, Clear Blue Sky, May Blitz, Gun, Man......Producía Rodger Bain, quien estaba lanzando a la fama a Black Sabbath, y ése rocoso sonido ya se mantenía en "Rocking Man", con claves progresivas siempre presentes. Algo que propicia colorido a la frondosa música de Budgie. También la acústica brisa West Coast de "Rolling Home Again", delicadezas que se irán perdiendo en sucesivas obras. De igual modo es "Make me Happy", demostrando que el Laurel Canyon sound no era ajeno a los gustos de la banda. Ya en "Hot as a Docker's Armpit" (5'51) se sacuden la modorra hippie (aunque siempre lo fueron un poco), y sale la verdadera génesis hard prog de un grupo que ya tiene su característico estilo, imitado hasta la saciedad por "dioses del metal" en los 80. Bajo-"guitarra ritmica", batería incansable que nunca cansa, y guitarra en constantes dibujos pirotécnicos. El aura progresiva tampoco saldrá de Budgie hasta los 80. En éste corte nos adelantan el sonido de Diamond Head.
Vuelta al disco y en "Drugstore Woman" mascan hard rock zeppelino, ahora profetizando a Dirty Tricks. La slide por Jimmy Page y el rotundo ritmo los emparenta con Led Zeppelin en parecidos asombrosos, y sin nada que envidiar. "Bottled"es otro corto ensayo psico de los que gusta visitar el trío como "descanso" a sus cargas de material pesado. Radiante se muestra el mellotron, dadas las pretensiones abiertamente prog de la banda , en "Young is a World"(8'07), donde invocan a los mismos King Crimson. Asimilando sus logros y reenviándolos con su propio beneficio hard rocker. Mucha inteligencia hay aquí metida. Tony Bourge era un auténtico unsung guitar-hero. Formidable se queda corto. Imaginativo y expresivo en cada nota. Éste es mi tema destacado de un álbum de 10. Finalizan con "Stranded" (6'17), en otra andanada de rocadurismo que no va distante a las glorias sabbathicas.
Budgie fue, como Zeppelin, una banda de los 70, de su propio tiempo. Y con la desaparición de su carismático líder, de eterno aspecto de estudiante universitario, pasan a engrosar el verdadero Hall of Fame del Rock'n'Roll. El de los más grandes que ya no volverán. Simplemente, impecables.
J.J. IGLESIAS