Si las cuerdas de guitarra que han pasado por las manos de Verheyen hablasen... Y no es el típico tópico, ya que al nombrar a Carl Verheyen estamos refiriéndonos a uno de los músicos de estudio más reputados de la industria musical. Su guitarra ha puesto marca de la casa en trabajos de gente como Gordon Goodwin, Charles Bernstein, Suzanne Dean, Steve Bailey, Bee Gees o Cher. Pero si por algo consiguió salir en los papeles fue por formar parte de una de las agrupaciones más reputadas de la historia del rock británico, me estoy refiriendo a los inimitables Supertramp. Todo sucedió muy rápido, ya que tras la salida de Roger Hodgson del proyecto, los ingleses necesitaban un guitarrista con la calidad y el saber hacer suficientes para poder adaptarse a la perfección al modo de entender la música de la banda. Y así fue la cosa, Carl pasa a ser uno más en la familia Supertramp durante el tour de los años 1985 y 86 –pasando a miembro de pleno derecho a partir de 1996 y en diferentes etapas–.
Pero sería 1987 cuando la Carl Verheyen Band toma cuerpo. Esta idea nace al comprender el instrumentista que el trío que ha conseguido cerrar para sus álbumes en solitario le da muchas satisfacciones, por esta razón decide agruparlos bajo un mismo nombre propio. Aunque dejémonos de tantas explicaciones y pasemos a echar un vistazo a las tripas del paciente, una consulta en la que el médico jamás había disfrutado tanto.
“Lay Your Hammer Down” es la mejor muestra de lo que debe ser una buena descarga rockera con sabor funky, al puro estilo de un Glenn Hughes en estado de gracia. Su segundo “Place For Me” es un medio tiempo que se contonea ante el sinuoso juego blues de las seis cuerdas de Carl, mientras que “24 And 10” tiene un sentido más experimental. “Give A Try” nos vuelve a traer la cara más intimista del músico y “Maggie´s Ladder” nos descubre sin tapujos al auténtico creador genial con un desarrollo instrumental de excepción. El sexto corte, el correspondiente a “Come Down Tonight”, es el que mezcla los aires campestres con el aroma de rock melódico de actitud adulta y reposada. La simpleza repetitiva y premonitoria de progresiones sencillas y blueseras llega con “Rumor Mill”, lugar propicio para la versátil mano de Verheyen ante un mástil. La rama hillbilly colma su “Raimund” y los recuerdos al ayer salen a flote en “Yes It Is”.
Y es que estamos ante uno de los puntales de la guitarra, un músico que tal vez no sea reconocido por el gran público pero del que los amantes del género llevamos disfrutando hace años. Una apuesta necesaria por la calidad la que hace Carl Verheyen en este Six, ahora te toca a ti demostrar tu buen gusto escogiendo a este artista sensible y pasional.
por Sergio Guillén
sguillenbarrantes.wordpress.com