La pregunta se las trae pero, en las circunstancias actuales, qué hubiera sido de Frank Zappa o Todd Rundgren? Hoy genios indiscutibles universales, gracias a otros tiempos en que su distribución y promoción, era real. Ahora nos hacen creer que también con Internet. Seguro?
El mundo en el que ahora vivimos está lleno de genios anónimos, que se irán al otro barrio sin comerse un rosco. Tiempos duros de saturación informativa sin filtro. Donde la inmensidad de la basura oculta las piedras preciosas que de hecho, existen. Tiempos de mierda, en mi opinión.
Tyler Kamen es un neoyorkino que se estrenó en el arte del "hágalo-usted-mismo-sin-esperar-nada-a-cambio", en 2017. Desde entonces lleva 8 álbumes, casi siempre delirantes discos conceptuales donde su propio universo es el que manda. Ahora mismo escucho "Mr . Loon and his Spectacular Machine" (2021) y también alucino.
El último es "Artichoke Pythagorum", que trata de la dura vida en una villa de gnomos vegetales en su lucha diaria y constante contra los sucios bichos. Más o menos como la nuestra. Él compone. Él lo toca todo. Aquí no hay problemas de créditos. En su "Introduction" parece visitar la campiña de Kent, (o la de Woodstock), con jipilondio feel acústico. "Stringbean" psico-progresa adecuadamente en la situación geopolítica de los gnomos-verdura, problemón que no verás en el telediario, aunque sea tan absurdo como los que allí salen. Pero sí que te ponen en circunstancia en la Parte 1 de "Gnome Village - King's Welcome" ( ves, otros tontos que alaban a su rey). Donde los cambios zappófilos son constantes, con la bendición desde la taza del water-trono, del Joe el del Garage.
Hay una parte 2 de Villa Gnomos llamada "Pumpkin Soup", que continúa el ecosistema bigotudo, pero al estilo Tyler Kamen. Que también gusta de fluídas melodías West Coast en el vortex-brainstorming de su modus operandi compositor. Todos los instrumentos funcionan engrasados y en alerta permanente. Kamen toca mucho de todo. Los ladinos "Dirty Bugs" hacen acto de presencia montando un cisco de cojones en su desembarco en la aldea (que imagino en tocineras). Folk prog a la Gryphon tiene cabida, como no podía ser menos. "The Artichoke" contraataca con hard prog moves casi a la Kansas. Y artillería pomp que haría las delicias de los olvidados Magellan y aquella selecta cuadra del sello Magna Carta.
Todo en espectacular escenario prog USA 70s y coral Bee Gees travoltera. Otra facción entra en juego, los "Vegetable Bandits", en forma de étnicos jethrotulles silvestres que junto a "Riddles of Zezop McGregor" navegan sobre aguas arty hacia "The Island". Un paraje lleno de frondosidad bucólica crimsoniana, con brisa de la que habla al viento. El mobiliario es elegante y detallista. "Wondering Woods" maneja rock del medievo con la urgencia del presente (un mal de nuestro tiempo). Viñetas imaginarias que se suceden por la mente a pasmosa velocidad. Ahora vienen los "Flying Hipopotamus" a ritmo de vals prog. Yo no me he fumado nada. Tyler seguro que sí. "Bacchanalia" toma pompa colosal a lo "Ra" de Utopía en efectiva algarabía hard rock de alegre despliegue técnico. Mientras que en la "Conclusion" deja un bonito recuerdo de algo bien acabado y hecho con ganas. Algo que a él le ha gustado, sin esperar más. A mí también.
Porque sumergirse en el universo Tyler Kamen es alejarse de éste. De todo punto recomendable.
J.J. IGLESIAS