De todo el maremágnum de agrupaciones nacidas en Alicante en los noventa, proyectos metálicos como Furia Animal, Wolfgang, Cloon DC, que campaban a sus anchas por dichas tierras, destacan unos instrumentistas que decidieron navegar luchando contra los elementos y apostando por la experimentación compositiva y estilística. Este sexteto es una de las formaciones españolas más creativas del nuevo siglo dentro de un género como el metal progresivo.
Overlife nacía en 1993 en la ciudad de Alicante de la mano del guitarrista Javier Martínez y el baterista Fabricio Carlotta, tras diversas vicisitudes y cambios de formación, consiguiendo el beneplácito de Goldtrack Records para publicar su primer álbum Between Passion & Madness. En el disco la banda mezclaba con gran habilidad la fuerza guitarrera del heavy metal con los desarrollos complejos y melódicos del rock progresivo, logrando una razonable cantidad de buenas críticas entre las publicaciones del género. Posteriormente, el conjunto editaría el CD single Víctimas Del Holocausto y participaría en Voices: A Tribute To Dream Theater con su particular versión de “Metropolis Pt. 1: The Miracle And The Sleeper”.
Aun así, y teniendo en cuenta este dato, realmente los Overlife no intentaban copiar con descaro a los neoyorquinos Dream Theater (aunque fuesen grandes admiradores de la obra de las huestes de James LaBrie); por lo tanto, e indudablemente, esas influencias se pueden notar a lo largo de algunas de sus creaciones. Overlife apuestan por la originalidad, por la constante mutación de sonidos y melodías. Todo esto queda reflejado sin problemas en las diez composiciones que conforman Last Millenium?, un disco que presentaba esa apuesta firme que ya se venía adelantando en su debut.
Obra cercana y abierta a significaciones que impresiona desde su introducción (“Devil’s Paradise”), en donde se encuentra un apasionado desarrollo de cuidados pasajes atmosféricos, hasta su instrumental sin mácula “Eclipse”, pasando por la potente y llena de arrastre “In The Shadow” (baza fundamental para John Negrete). También está ahí la saturada en virtuosismo “Riding Through My Mind” o la creativa “Sleepers”, en la que Fabricio Carlotta se desenvuelve como pez en el agua ante los parches de su batería. Un trabajo digno de ser destacado que, aunque se invirtió mucho (tanto en presentación, diferentes ediciones y campaña de publicidad), no llegó a obtener el beneplácito del gran público.
por Sergio Guillén