En 1974, al igual que ocurría en el 72, vuelve a verse la edición de dos nuevos trabajos en estudio de la comunidad musical germana: Vive La Trance y Hijack. Entre ellos florecería su primera compilación oficial, Lemmingmania, un recopilatorio que decepciono a muchos por incluir únicamente los cortes más estándar y de menor duración (sólo “Green Bubble Raincoated Man” superaba en pocos segundos el límite de los cinco minutos). Aun así, los trescientos sesenta y cinco días estrenados se presentan como un año irregular para Amon Düül II, ya que mientras Vive La Trance surge como un remolino de imparable inspiración compositiva, Hijack se pone la máscara más comercial y cercana para un público poco conocedor de sus experimentaciones psicodélicas iniciales. Pero llegaría tiempos de cambio al año siguiente.
Concebida como una obra doble, Made In Germany también tendría su representación en un único disco en el que se eliminaba parte del material pero cuya imagen conceptual conseguía quedar intacta. Aquí está la esencia de los Amon Düül II del cambio, los músicos que había dejado a un lado la Psicodelia y que habían empezado a estructurar sin improvisaciones cada nuevo arreglo y canción. En Made In Germany el comprador se encontraba con el intento de representar la Alemania clásica vista bajo el barniz de los años setenta. Su forma de imaginar un rock progresivo sin barreras convirtió a este disco en una de las obras más representativas de la música experimental en dicha década.
Para 1976 el conjunto se encuentra compuesto por un quinteto en el que militan Klaus Ebert, Chris Karrer, Peter Leopold, John Weinzierl y Stefan Zauner. Ellos son los que dan vida a Pyragony X que sin duda vuelve a constituir una nueva etapa de transición para Amon Düül II. Aún no habían llegado los peligrosos años ochenta y los alemanes ya comenzaban su mutación hacia una imagen más convencional, cercanos a un rock progresivo y sinfónico fácil de digerir por la audiencia inexperta.
por Sergio Guillén
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