El próximo Enero se cumplirá ya un año de la muerte de Peter Dunton. El sello leridano Guerssen lleva todo 2022 homenajeando como se merece a éste músico y compositor británico. Bien con Neon Pearl o los dos discos de Please. Para terminar con broche de oro la racha de homenajes, nada mejor que cerrar con T2, su banda más conocida. Con la que en 1970 editarian el único y absolutamente maravilloso, "It'll All Work Out in Boomland" (Deram). Un clásico de clásicos. Y me da igual que no lo conozca nadie. Que contó muchos años después, con la edición del homónimo "T2". Material de las mismas fechas y realmente, el segundo álbum nunca editado. Ambos discos tenían una calidad estratosférica. Suprema. Absoluta. Para 1971, tanto Keith Cross (guitarra) como Bernie Jinks (bajo), habían abandonado el barco.
Peter Dunton (batería, teclados, voz solista y compositor absoluto), reclutará a Andrew Bown como nuevo guitarra. Al bajo estará John Weir. Éste T2 durará del 71 al 72, grabando material de estudio con la esperanza de un nuevo contrato discográfico. Grabaciones éstas que estuvieron en el limbo hasta el rescate de Acme Récords en 2012. Ahora es Guerssen quien lo edita en fastuoso vinilo. Grabaciones que nunca tuvieron salida en su momento, y tan sólo consiguieron sacar un single en 1973, con Dave Edmunds. Eso puede dar idea del nivel de exigencia que había por entonces en el circuito británico rockero. Éste tercer álbum se distingue por un mayor objetivo en las canciones. No desarrollan en tan amplios recorridos temporales, como anteriormente. Sin embargo la consistencia y solidez de la banda es indiscutible.
El sonido T2 continúa, con ésa voz de "minstrel británico" maravilloso a cargo de Dunton. "In Time" posee mimbres poderosos, llenos de melodía y rítmica, casi cercana a The Who. Andrew Bown se muestra muy imaginativo y apto para plantar cara a cualquiera en la arena british rock. "Looking Back" (5'48) atrapa psicodelia reciente (pero en claro declive) en su exposición. Bien remozada en elegancia prog, de fina melodía e instrumentación musculosa. De nuevo con lucimiento de Bown y unos rocosos pilares rítmicos, cosa de Weir. Quizá con "Questions & Answers" estemos ante un feel similar al "depre-rock" característico en Free......E igual de formidable. Lánguidez nostálgica salpicada de emotividad y esencial demostración acid hard blues. Cierra la cara A "Seventy-Two", un muy bonito aunque corto, instrumental.
Ésa atmósfera rural, de estar al margen del gentío urbanita, se respira también en "The Clown". Es una constante en el álbum, y de nuevo tenemos que citar a Free por un sentimiento parecido, de pérdida inevitable. Para "The Gambler" se usa otra formación de T2. Quizá una que duró poco. La comprendida por el "histórico" Bernie Jinks al bajo y el irlandés Will Killeen a la guitarra. Otro capítulo oculto en la historia de la banda. Es un blues de slide cercano a Rory Gallaguer o Skid Row. Pero con la magia habitual que imprime Dunton a todo lo que canta.
Una de las joyas de la corona es sin duda "Closing Your Eyes" (8'07). Downer/Canterbury de manual, con la flauta travesera invitada de Andrew Keeling (puro Ian McDonald), y omnipresente Mellotron. Digna de figurar en "In the Court of the Crimson King", lo juro.
Ahora es la acústica y pastoral "Into the Red" (8'07) la que nos lleva por caminos imaginarios de cabras (imaginarias es optativo), para hacer el hippie indomable de la pradera. Se incluye mellotronada galore, por cierto. Mientras que la final "PDQ" (14'31), es un instrumental que contiene una de ésas sincronizidades temporales más curiosas que he oído en los últimos tiempos. Al sonar casi clavada al intro/inicio de "Paseando por la Mezquita" de Medina Azahara. Pero hecha unos cuántos años antes y sin posibilidad remota de que los andaluces hubieran podido escucharla. Es un buen pretexto para el lucimiento explosivo y espectacular de Peter Dunton a la batería (con solo incluido).
Y aquí termina la trilogía sagrada de T2. Dunton continuará en sucesivos años su andadura con la banda, amoldándola a los tiempos y a las modas.......Créeme, es olvidable. Lo que hicieron en ésos tres discos, forma ya parte de la historia del rock progresivo. Porque no siempre se escribe sólo con éxitos....... O así debería ser.
J.J. IGLESIAS