Desde Suecia, y combinando una suerte de pop para la FM y un hi-tech AOR bastante básico –al menos, para lo que se estaba grabando en dicho género por aquellas fechas–, aterrizaba en la década de los ochenta el por entonces quinteto The Bai Bang. Enemy Lines les sirvió en 1988 como álbum de presentación. Elepé cargado de un estilo que pronto olvidarían para, ya en 1991, pasarse a un rock más americano que sueco, a un hard melódico en ocasiones concordante con la escena de Sunset Strip; así lo ejemplificaban piezas como el tema título de ese nuevo disco: Cop To Con. Para este segundo vinilo, Bai Bang deciden quitar el The de su nombre y así continuarán el resto de su carrera.
En 1996, y como nuevo movimiento en su personal asalto a la escena rock, se decantan por un larga duración de hard a la vieja usanza. Ridin’ High es tan americano como, por momentos, británico, ante todo por las composiciones que siguen la línea de los Thunder –o por la versión del clásico de The Clash “Should I Stay Or Should I Go”–. Continuando su método creativo, que deja entre uno y otro lanzamiento una media de cuatro y cinco años de espera, el cuarto Attitude se hace realidad en 2000. Y es en ese momento cuando deciden reencontrarse con su pasado, aunque sin renegar de los postulados grabados a fuego en Ridin’ High.
Attitude es por tanto un CD de hard rock (“Rock ‘N Roll City”, “Werewolf”, “Peepin’ Tom”) como de hard melódico (“Make My Day”, “Don’t Stop” o la fantástica “Home Sweet Home”, seguramente la mejor canción de este elepé) e incluso AOR (“Wild Young And Free”). Y que, cual cierre, tiene a “25 Years Of Rock ‘N’ Roll”, pieza en donde el sonido de las seis cuerdas de Mikkie Nilson y sus riffs atesoran la pura esencia del Spaceman Ace Frehley de trabajos como Trouble Walkin’ o Frehley’s Comet; incluso el cantante de los Bai Bang, Diddi Kastenholt, casi clava el tono vocal del guitarra solista de los Kiss.
por Sergio Guillén
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