Para muchos a día de hoy Mauricio Mario Martín Birabent sigue representando un símbolo de culto común que vincula las escenas eléctricas de Argentina y España cuando la nostalgia provoca el ascenso de la temperatura que marca la fiebre de un modo de vida, del que no estamos tan distanciados, pero que tan solo se desempolva cuando la nostalgia golpea dos veces sobre la misma puerta.
Hablo de Moris, a quien le guardo cariño ¿cómo no? Menudos bailes me marcaba en la bañera de mi casa siendo un niño en clave de su efervescente Rock And Roll, importado en su ligera mochila desde su Buenos Aires natal, para camelar y encajar como el pibe adecuado de bolillo en el Puzzle de una movida más que promovida por la desfachatez memócrata y su pleitesía a la censura que por el arte. Pero Moris tenía gancho, astucia, genio y cierta actitud para lucir cuero marroquí en momentos puntuales ante cámaras de televisión y un público tan aturdido como confuso, como siempre ha sido habitual en el manejo, uso y difusión de la cultura cañí.
El mérito de haber cuajado en Madrid no se lo va a arrebatar nadie, tras desertar de Buenos Aires debido al malestar socio-político que se vivía en Argentina, lo que provocó que en el año 1975 se hospedase en España al mismo tiempo que la banda Aquelarre. En el año 1978 publica el álbum; Fiebre De Vivir, su mitológico compendio de himnos como; Sábado noche, Rock de Europa, Zapatos de gamuza azul... O Rock del portal entre otras composiciones de sencilla nitidez y concisa precisión lineal dentro de la disciplina de los cuatro cuartos, y sin abusar demasiado de su depurada técnica vocal y su reconocido dominio de aumento de octavas. Para su estreno discográfico en Europa, contó con el respaldo de los músicos; Julián Infante, Ariel Rot, José Torres, Felipe Lipe, Manolo Iglesias y Julián Infante. Un álbum con el que a modo estratégico sobre el Rock And Roll del desconsuelo y sus ineludibles guiños hacia la canción de autor, Mauricio, Mauriciete, más Mauricio que nunca, conquistó los rincones de un Madrid en cuyo perfil se seguía apreciando confusa felicidad.
La fiebre de Moris demostraba que el Rock podía ser cantado en español sin ningún tipo de dramas. Su versión de Blue Suede Shoes sentó las bases para que algunas de las bandas procedentes del hastío levantasen la cabeza hacia la escena de la figuración. Excluyamos entre otros de esta aberración a Tapones Visente o a los Alacrán del barrio de Lavapiés, que a pesar de no cuajar, su propuesta de desenfrenado Post Punk marcó notables diferencias respecto a otras propuestas indecentes acontecidas en la época en el septimo distrito de la capital.
Principalmente Madrid le tiene en gran estima a pesar de haber regresado a Argentina en el año 1980, para presentar esta fiebre que a modo de vida es ocasionalmente recordada por veteranas generaciones de la intransigente transición de un país en el que menos progresar adecuadamente, todo sigue siendo válido. ¡Y encima la culpa de aquel bloqueo sería responsabilidad de Manuel Fraga por imponer su derecho a poseer la calle! Entre otras muñeiras de torpe giro de cintura protagonizadas por este político lucense, que siempre escogió a la más fea como pareja de baile ¿Recordáis cuando éste afinador de gaitas quería ser amo y señor de las aceras? ¡Pero bueno loliño! ¿Qué tipo de Manoletada era esa ho? Sí, esto fue lo que manifestaba uno de nuestros empleados entre otros políticos afines a Alianza Popular o de oposiciones no muy ajenas al contexto popular como el PSOE. Pero al menos, estos hombres que abusaban del Brandi Soberano, sabían leer y escribir, y dentro de esta empresa llamada España, tanto Fraga como Alfonsete Guerra entre otros, fueron personajes con ideas con las que se podía comulgar o no, pero que al igual que el resto de sus camaradas de las época en las Cortes, llegaron a ejercer su profesión aprendidos, y no a aprender el oficio de sumar y embolsar tariles sorteando cuestiones evidentes. Aunque claro está, que de Moris también hemos aprendido que en determinados momentos de la vida, conviene estar atrapado por el Rock 'N' Roll.
Luis Arnaldo Álvarez (Baterista y Locutor profesional independiente)