Los sevillanos Killem pasaban en 2006 por un momento dulce. Tras batirse el cobre en favor de dar a conocer su propuesta y lo que resultó ser una esperanzadora maqueta titulada Void, el quinteto nos plantea un nuevo asalto, primero en cuanto a oficialidad se refiere junto a un sello discográfico.
Con Muted como título y mezclando en su grueso la frescura del tema de última hora con los viejos conocidos –han vuelto a grabar lo ya editado dentro de su demo–, este conjunto que sin duda debería abanderar la escena thrasher patria sigue ejecutando un estilo anclado en la escuela tradicional. Esto es todo un hallazgo a la par que un acierto, ya que se echan en falta esas reacciones crudas frente a los instrumentos. En pleno 2006 seguían venerando las últimas obras de Kreator o familiares, conjuntos que se mantienen en sus trece, pero pocos son los valientes y capacitados a la hora de regresar a la fuente. Killem lo hacen abriendo a su vez una puerta a posibles estructuras no tan alejadas de este nuevo milenio en el que nos envolvemos.
Los cinco músicos consiguen dar credibilidad a su primer gran esfuerzo de largo, ganando muchos enteros su producción en relación a aquellas grabaciones contenidas en Void. Su forma de entender el thrash metal les hermana más de una vez con aquello que en la primera mitad de los 90 se conoció en Estados Unidos como power, un caballo de vatios encabritado que cabalgaron con garbo formaciones como los Pantera antes de que les colgasen el cartelito de groove metal. Es por ello esta bienvenida un canto al crecimiento musical y a una seguridad que otros seguramente venderían por un cachito de moda.
por Sergio Guillén
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