No habíamos traído a éstas páginas todavía al sintetista berlinés (de pura cepa!), Mario Schönwälder. Sus comienzos fueron con la leyenda Bernd Kistenmacher, cuyas carreras prácticamente se iniciaron a la par, (un poco antes Kistenmacher). En 1992 Schönwälder funda el sello Manikin Records. Mientras continúa con su carrera. En solitario no es muy extensa, con tan sólo media docena de títulos. Sin embargo en compañía de otros, pasa de la cincuentena. Nombres como Detlef Keller, Thomas Fanger, Bas Broekhuis o Frank Rothe han sido habituales en proyectos de nuestro hombre.
En 1989 editó su primer álbum, "The Eye of the Chameleon", un manifiesto de pura Berlin School que sorprendió, en tiempos no muy aptos para el estilo, (la New Age imponía normas).
"Behind the Mental Wall" (12'24) reconoce instantáneas influencias de Klaus Schulze y su mística contemporánea. Con solemnes corales planteadas en capas (sampleadas) y mantos sonoros sublimes, que invocan perdidos rituales alienígenas. Arregla pictóricamente con buena secuenciación y elección de apropiados sonidos. Gusta de reiteración melódico-reiterativa de lenta metamorfosis estructural. Y lo hace con audacia, astucia e inspiración, que el propio Schulze hubiera aprobado por ésas fechas ("En=Trance"). Mucho más Tangerine Dream aparece "Earthtime" (10'23), una prodigiosa pieza que pareciese obra de una sesión entre el trío mágico de los finales 70. Misma sensación de insondable misterio arcano, con secuenciador a la Peter Baumann. Realmente bonita.
"The Eye of the Chameleon" (18'45) captura fidedignamente el espíritu schulziano y lo hace suyo con irradiantes trazos de síntesis estudiada y etéreas melodías. Ambientaciones esotéricas, ingeniosas e inesperadas. Mantiene la atención del oyente a cada segundo. Uno de los "superpoderes" que todo sintetista debe tener o aspirar a poseer. Que hay mucho intrusismo en la profesión. Nuestro superhéroe de hoy va sobrado de poder cósmico. Es otra pieza irresistible, fantástica (tómese en ambos sentidos), inteligente y perfectamente planificada. Una maravilla que podría muy bien haber concluído el álbum. Pero aún nos reserva un opíparo postre en la final "The Voyage Set II (....To the Earth)" (29'31). Grabada en directo en el Festival "Electronic Music Goes Benefit" en el Zeiss Planetarium de Berlín.
Retro-kosmische de profunda introspección espacial y levitación garantizada. Fuerte influjo de Edgar Froese en éstos pasajes, hacen de Santa Teresa una aficionada al vuelo sin motor.
Absoluta maravilla y de obligada escucha cosmonáutica.
J.J. IGLESIAS