La historia contracultural británica se queda un poco más huérfana desde la reciente desaparición del gran Pete Brown. Poeta, músico, escritor, letrista, compositor y agitador cultural de un tiempo irrepetible. El del London Roundhouse, el International Times fanzine, el UFO y Middle Earth clubs.....
En su primera banda, The First Real Poetry Band, contaba con un desconocido guitarrista llamado John McLaughlin. Cream no sería lo mismo sin sus letras. Ahí sí que se crea una seria reputación. "I Feel Free", "Sunshine of your Love", "White Room" o "Politician" llevan su firma, por decir unas pocas. Battered Ornaments será su próxima (efímera) aventura. Graba su debut, "A Meal you can shake with in the dark" (1969/Harvest). Pero es despedido por su propia banda en víspera de telonear a los Rolling Stones en Hyde Park.......Qué haría?!!! Su reacción va a ser rápida y se llamará Pete Brown & Piblokto! Rob Tait, batería de su anterior aventura, permanece fiel. Jim Mullen (guitarra), Roger Bunn (bajo) y Dave Thompson (órgano) serán los primeros Piblokto! Graban un single que será el entremés para el álbum "Things May Come and Things May Go but...The Art School Dance Goes on Forever". Cortito, el título. Una de ésas delicatessen progresivas de primera generación que no debe faltar en colección seria que se precie. En 1971 se va Roger Bunn (editará su álbum "Piece of Mind"), siendo reemplazado por Steve Glover. Ésa formación grabará otro bombonazo prog de sabor irresistible, "Thousands on a Raft" (1970/Harvest). Y aún habrá una última versión Pibloktera con los ex-Eyes of Blue, Phil Ryan y "Pugwash" Weathers, de Man/Ancient Grease/Gentle Giant fama. Jim Mullen trabajó con Vinegar Joe, Brian Auger, Average White Band, Kokomo o Morrisey Mullen Band. Rob Tait también fue parte de Vinegar Joe, Dick Heckstall-Smith y Gong.
Pete Brown grabó con Graham Bond y continuó su estrecha colaboración con Jack Bruce. Además de dedicarse a las bandas sonoras. En 2010 editó el libro de memorias "White Rooms & Imaginary Westerns". Y en 2017 hizo las letras para el último de Procol Harum.
El tema-título de éste espléndido debut recordaba inmediatamente a Crazy World of Arthur Brown, The Norman Haynes Band o Atomic Rooster. Cinco preciosos minutos de complicidad entre micro-órgano-guitarra, más una rítmica del diablo y la trompeta del líder jazzificando el caliente sarao.
"High Flying Electric Bird" tiene connotaciones directas con Canterbury : Kevin Ayers, Soft Machine o Matching Mole comulgan en vibras alucinadas campestres. También "Someone Like You" recuerda la decadente elegancia de Ayers y su Whole World. Mullen "dedos-de-oro" enamora a cada segundo. Pedazo de cielo, es ésto. Otra progresividad magnetizante será "Walk for Charity, Run for Money", con Brown ensimismado en sus alucinaciones escritas en trance majara. Mientras la banda construye un laberinto de sensaciones sonoras extraordinarias. Aquí hay jazz, prog and psych, todo bien empastado y soldado. Aparecen ahora dos temas de autoría Brown/Spedding, por lo que pertenecen a la etapa Battered Ornaments. Y de hecho, aparecen también en el segundo álbum de la éstos, "Mantlepiece".
"Then i must go and can i keep" podría ser de Cream. Hasta Brown se parece cantando a Jack Bruce. Yel bajo cruje bestial, tal como haría él. La otra es "My Love is Gone Far Away", otra fantasía animada salida del fructífero y floreciente jardín mental de su líder. "Golden Country Kingdom" está cercana al country pub rock que pronto se extenderá por todo Reino Unido. Y las largas para el final. "Firesong" (6'00) comienza como un Alan Stivell con sombrío Harmonium. Para cambiar y pasar al saxo, hacia un jazz prog entre Colosseum y VDGG.Y Pete Brown parece Peter Gabriel en sus comienzos!!
La final "Country Morning" (6'47) es otra piedra preciosa imprescindible. Como una mutación entre Family, Mark-Almond, Savoy Brown y Fleetwood "Peter Green" Mac.
El siguiente disco, del mismo año, da un paso de gigante. Abandonan cualquier viento y progresivizan hasta el tuétano. "Thousands on a Raft" es otro monstruo todavía más exagerado. Destacando los 17 minutos de "Highland Song". Ambos álbumes son necesarios para respirar. No diré más.
J.J. IGLESIAS
