Cuando el miembro clave de la banda MOUNTAIN, Felix Pappalardi, anunció un año antes en 1971 su adiós definitivo, durante la celebración de un Tour por los Estados Unidos, un ya reputado y conocido Jack Bruce coincidió en la gira con ellos. Tras saber que el combo blues norteamericano se iba a romper, creyó que podía recoger los trocitos del jarrón y hacer un proyecto en el que encajar muy bien, teniendo en cuenta que tenían tendencias parecidas. Convenció a West y a Laing, y junto a él acabó surgiendo un power trío de alto poder calorífico, en el que no se rompieron mucho los cascos a la hora de escoger un nombre de guerra. Un tridente que apenas duró dos años, pero en los que se le sacó mucho partido a la asociación, que terminó tras asuntos turbulentos con las drogas, algo que ya arrastraban los músicos de la era Mountain, embocando en una situación insostenible para seguir adelante, de forma que lo mejor fue romper y cada mochuelo a su nido.
Su estilo fue una prolongación de la música que siempre habían realizado, es decir, rock potente construido sobre solidas guitarras y con el blues por bandera oficial, hard rock clásico de los 70 con decibelios en la guitarra y cierto sonido sucio en la que se ocupa de los riffs principales a través de los cuales se construyen los temas, voz desgarrada de West muy acorde a la situación rayando sobre la música en los momentos fuertes y más dulce en los cortes relajados que abren un paréntesis entre carga y carga.
Sonido contundente en el que sobresale poderoso el bajo de Bruce lanzando pulsos como latidos saliéndose del pecho, en ocasiones especialmente brutal (The doctor). La guitarra de West nos trae visiones de bandas del momento como LED ZEPPELIN, los recién separados CREAM, y con los músicos norteamericanos siendo mayoría, a unos grandes de la escena americana, GRAD FUNK RAILROAD.
El trabajo es muy equilibrado y bien producido, las guitarras ofrecen un abanico de diversidad que le otorga una frescura necesaria para no caer en el tedio repetitivo, para ello también cuentan con buenos grooves a cargo de la sección rítmica batería - bajo, sección del lujo que demuestra sus méritos en (The doctor, Turn me over). También nos ofrecen blues en su lado más clásico (Third degree) con una guitarra que bien podría llevar Jimi Page en uno de sus temas del Led Zeppelin I.
Se trata de un grupo que demuestra muchas tablas y veteranía, su sonido es rotundo, un bloque sin resquicios, una bomba de energía, solidez y vigor levantada con inteligencia solo con 3 miembros al frente pero que contiene una música potente y rica en matices, con composiciones de envergadura en las que queda sitio para piano, harmónica, sintes y coros que aportan alma de blues a las melodías. E incluso en alguna pieza podemos discernir pequeñas disposiciones que invitan a pensar que estamos escuchando un desarrollo que bien podría entenderse dentro del rock progresivo (Love is worth the blues ó pollution woman) . Interesante propuesta.