Extraño nombre para este grupo austriaco que posiblemente se trate del más relevante que existiese en ese momento dentro del movimiento progresivo. Debutarían en 1971 con su homónimo "Eela craig" cuya concepción es algo oscura, luego hubo un vacío durante cinco años que terminaría con el trabajo que trato en cuestión. Una obra mucho más aperturista que la inicial y muy sinfónica.
Un álbum caracterizado y dominado por sonidos y atmósferas etéreas principalmente a lo largo de la primera cara que está ocupada en su totalidad por "Circles" que a su vez se subdivide en otras partes. El efecto es muy cercano a lo que hacían sus vecinos alemanes ELOY a la hora de componer ambientes.
Cuando aparece en escena la flauta, cuyas intervenciones son estupendas y apropiadas, surgen ecos lejanos de unos CAMEL espléndidos en "Airborne" del Lp "Moonmadness" que agradecemos los seguidores de Latimer y compañía.
Canciones escritas en inglés muy elaboradas que contienen arreglos esmerados; recubiertas de efectos y muchos detalles que se van descubriendo conforme le vamos dando nuevas escuchas.
Diversificación en los teclados. Abundancia de sonidos que consiguen que el álbum sea dispar y dinámico, mucha instrumentación, usando sintetizadores y guitarras efectistas muy cercanos a la electrónica que desarrollaban los alemanes.
En la segunda cara observamos fases Jazzísticas con un ritmo vivo en el que la guitarra se dedica a revolotear ofreciendo solos con partes improvisadas. Nos ofrecen también un tema de guitarra acústica al estilo "Greg Lake" cuya factura bien podría ser suya y algunos guiños a la música de cámara.
Un buen disco sin silencios, pleno de pasajes cargados de sensibilidad, melodías variadas y de espíritu ecléctico.
Juan Carlos Rustarazo