Nos encontramos con una formación reducida que se encarga de tocar todos los instrumentos que aparecen en el álbum. Pertenecen a la escuela de Krautrock alejado del sonido anglosajón, más en la onda de AMON DÜÜL, GURU GURU, GILA o CAN pero con una idiosincrasia que los hace únicos.
Este trabajo desde un primer momento me transmite positivismo y paz a través de los sonidos minimalistas y etéreos que fluyen por los surcos del vinilo. Un disco pleno de ambientes y atmósferas space que invitan a la relajación y concentración en la escucha. Enseguida nos llama la atención la maravillosa voz de Dolly cuya tonalidad es calcada a la de Annie Haslam, de manera que te transporta a cualquier Lp de RENAISSANCE.
El álbum incluye ambientes jazzísticos, improvisaciones, percusiones sutiles y delicadas, sonidos folkies, un bajo machacón en numerosas ocasiones que intenta mantener un ritmo que no hay, debido a que no existe batería; capas de teclados superpuestos creando una textura espacial que va variando y que llega a ser hipnótica debido a la larga duración de algunos temas. Órganos muy presentes pero no saturantes y sí muy lineales llegando a rozar el estilo electrónico alemán de época. Todo ello hilvanado por la voz armoniosa, melódica, etérea y sensual cuya presencia es fundamental ya que actúa como un instrumento más.
El último corte nos ofrece las exploraciones e improvisaciones más profundas de todo el disco a través de densas estructuras creadas por los diversos teclados creando estados de trance con cambios constantes y nuevas melodías.