Un álbum legendario que muchos en su tiempo lo catalogaban de avanzada y con ideas fantásticas y atemporales. La Cofradía de La Flor Solar nace a fines del 67 e inicialmente se conformó con algunos estudiantes de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de La Plata.
Su primer trabajo "oficial" fue lanzando en 1971 y era una obra interesante y bastante ecléctica dentro de su performance; en la obra podemos apreciar una muestra de gran calidad expresiva y un ambiente ecléctico sazonado de elementos “psicodélicos-acústicos” y de melodías bellas, sin duda alguna un álbum de CULTO, aunque en mi opinión la obra sobrepasa el CULTO por varios factores, uno de ellos por ejemplo es su performance y el concepto que tiene. Es un álbum que se muestra fresco, ácido y lleno de ese matiz tan característico de los 70’s. En si ensalza la postura psicodélica y la plasma bajo la influencia de las insurgencias del incipiente progresismo, en parte podría catalogarla como una real muestra proto-prog, pues dentro de su maquinación tiene esos destellos que se tornaran marcados en los años por venir. La banda bebe del germen, y se nota la evolución que tiene pues partiendo de sus primeros registros que van del 69 al 70 se nota la chispa de creatividad lisérgica y experimentación psicodélica, resaltando temas como Quiero ser una luciérnaga o En la siesta, 2 claros ejemplos de aquella época de la transición. Por lo tanto un álbum a considerar pues es uno de los grandes "hitos" que dieron las pautas para el desarrollo y evolución del rock en Argentina.
Mis impresiones son buenas, pero no voy elevar demasiado la labor de la banda, en si la obra tiene una propuesta bastante fresca, se empapa de lisergia, está llena de vitalidad y bebe mucho de las influencias británicas de la época (Led Zeppelin, Cream, The Yardbird) pero siento que le falta un poco más de dinámica y fuerza dentro su propuesta psicodélica, no obstante la maquinación que tiene es muy loable y su concepto funciona bien, es un álbum que tiene mucho que ofrecernos en verdad, pues como ya lo mencione se rescata mucho la vivencia de la época y aparte presente tonos eclécticos y un desprendimiento hacia la vena incipiente del progresismo, por lo tanto nada está perdido ya que valoro 2 cosas importantes: 1) Su performance y 2) su postura HEAVY que desprende por momentos.
El álbum es una caja de pandora, una llave hacia linderos del pasado, pero sus ecos curtidos de ácido me saturan un poco y no me logran producir en mí un clímax denso, se me hace un poco pesado a pesar que tiene todo los elementos necesarios para consagrarse como una obra de CULTO, pero bueno que mis palabras no los desaliente con esta obra, hay más secretos dentro lo que ofrece La Cofradía de La Flor Solar. Álbum obligado para aquellos que quieran sumergirse en las aguas de la Argentina de los 70’s. Y ¿Que van encontrar aquí? pues un sonido ecléctico cubierto de algunos brochazos de Jazz, Blues, Psicodelia y Folk, un sonido bastante avanzado en verdad y que decir de su performance, y su ejecución instrumental. Óptimos pero no tan sobresalientes como otras bandas de la época, ahí tenemos por ejemplo Pescado Rabioso, Vox Dei o Pappo Blues. Y a pesar que algunos tilden la obra como “una de las mejores bandas de rock que haya dado a luz Sudamérica” debo decir que está muy cerca pero le faltó una inyección de energía. ¿Es un clásico de oro? En mi opinión casi casi pudo pero no, pasó entre el ras de los grandes de su época, para clásicos de oro argentino podemos citar: Pescado 2, Confesiones de invierno, La Biblia o Sudamérica o El Regreso de la Aurora. En fin, un álbum de CULTO puro y desde luego legendario.
Entre algunos de los miembros que conformaban dicha comunidad figuraban entre otros el más tarde periodista de rock y ecologista Miguel Grinberg, los guitarristas Quique Gornatti y Kubero Díaz (posteriormente miembros de Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll), el artista gráfico Rocambole Cohen y el guitarrista Skay Beilinson, estos dos últimos, futuros integrantes de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
En 1969 La Cofradía debutan en un conocido teatro de Buenos Aires («Teatro Del Globo»), y editan el sencillo "Sombra fugaz por la ciudad"/"La mufa", que marcó el debut discográfico oficial de la banda, bajo el sello VIK, una rama de la multinacional RCA.
El primer concierto en público de la banda fue el 21 de septiembre de 1968. La grabación del primer disco no fue sencilla, por aquel entonces el escritor y periodista Miguel Grinberg comenzó a presentar las cintas por todas las compañías discográficas, pero a ninguna le interesaba editar ese tipo de música, que catalogaban de avanzada con ideas fantásticas y atemporales.
