Supongo que un año tan inactivo como el 2020 tuvo que dejar algo de bueno. Se rompieron bandas, pero también permitió germinar nuevas.
Fue el caso de los alemanes Oakfarm. Power trío sudoroso y setentero hasta la médula. Dueños de la Máquina del Tiempo. Que me han sorprendido por su fidelidad sonora hacia ésos vetustos e inolvidables cánones. Inmortales, por otra parte. Además de por canciones hard prog blues de mil pares.
Tobias Lemberger (guitarra, voz solista, procedente de Sons and Preachers), Dennis Oelze (batería) y Arne Dőpper (bajo, ex-Bone Man). Describen su debut como si fuera "un disco perdido de los 70, olvidado en un viejo almacén polvoriento". Casi que te lo crees al escucharlo. Lo clavan.
Comenzar con acústicas y efectos (electrónicos?), en "What If" (4'20) los sitúa en un área cercana a ediciones nacionales 70s de Bacillus, Brain o Pilz. Nada de distorsión aquí. Amplis a pelo. Sonido en bruto, directo y limpio. Vintagismo galore con un percusionista de pegada noqueante. Sin embargo miman la melodía como algo sagrado.
En "Reason" (4'11) quizá recuerden levemente a los primeros Thin Lizzy. Pero también a la crema hard prog alemana, Jerónimo, Zarathustra o Second Life. Particularmente a éstos últimos, en disparos certeros como "The Way" (5'24), donde el cuidado de arreglos los acerca a unos Wishbone Ash si hubieran sido trío. Su bajo es de los que se oyen, como en aquellas legendarias producciones. Y merece la pena resaltar ésto. La guitarra sostiene y embellece, nunca sobresale sobre el resto. Es una estrategia 70s de purista raigambre. Los tres a piñón. Y Lemberger saca su mejor Paul Kossoff, mientras se atreven con coros casi folkies, sobre una alfombra de cristales hard. No hay tema que no atrape a la primera.
"Sombre Vita" (4'39) nos destapa su delicado frasco de esencias hard prog. Porque en éso basan su superpoder: Delicadeza lírica de tenso músculo y exposición instrumental de veteranos. De nuevo el espíritu del inolvidable Kossoff se pasea por el estudio, en agudos hirientes y desesperación eléctrica deliciosa. Su cruda producción beneficia el resultado. Insisto, nada de enguarrar con fuzz desmesurado. De hecho, inexistente. Y por eso "Carry On" (3'37) suena familiar, pero distinta y personal. Es el estilo ya configurado de Oakfarm. Aquí el solo huele a hippismo rural del primer Andy Powell. A Tractor (la banda, no Johnn Deere), a Blonde on Blonde o T2. Y me encanta.
"Friends" (3'39) lleva también fuerte poso british de Groundhogs, Climax Blues Band, Stray o Incredible Hog. Casi te los imaginas abriendo para Budgie en el Marquee, cualquier nuboso día de 1974!
El testigo de Free anda seguro en "Let it Breathe" (4'10), un tema que podría estar en "Highway" o "At Last" tranquilamente.
Terminan la hipnosis regresiva con "The Melody" (8'03). Ya dije que era su santa patrona. Con una apertura tipo "Rumble" de Link Wray, pero con la vista puesta en el hard blues más melódico- enérgico, nada ortodoxo. Si, se llamaba "progressive blues" por aquellos días de 1969, aunque alguno cree que me lo invento! Y aquí renace en todo su esplendor. Con viciosas cabalgadas, cambios, tensión y distensión, feeling y actitud. Unos enormes músicos que resucitan legados como si tal cosa......Cargo, Dark, Baker Gurvitz Army/ Three Man Army/Gun......
Ya tenemos uno de los favoritos del año.
J.J. IGLESIAS