Suecia ha dado y sigue ofreciendo muy interesantes y competentes nombres dentro del rock melódico en su más amplio espectro. Sin embargo, y aunque en los años 80 y en este reverdecer de laureles del nuevo milenio han encontrado pista libre para brillar, hubo un espacio de tiempo que se puede tildar de auténtico limbo: el periodo que transcurrió de 1991 a 1996. No quiere decir que después de aquello la cosa no anduviese todavía un tanto peliaguda para el AOR y corrientes similares, pero esos cinco años quedarán como auténtico agujero negro. Algunas bandas ya asentadas se la jugaron y lograron estirarse algunos metros fuera la zona fantasma, pero a otros el único remedio que les quedó fue vestir su sonido de estilos como el grunge o el rock industrial. De igual manera, también existieron casos como el de Masquerade, grupos que sin merecerlo se vieron adscritos a la mala suerte desde su nacimiento.
El cantante Tony Yoansson, el guitarrista Thomas G:Son, el bajista Henrik Lundberg y el baterista Marco Tapani, demostraron desde el minuto uno que sabían lo que se traían entre manos. Y aunque para sacar su carta de presentación no les queda otra que firmar con un pequeño sello independiente propiedad de Tony Berk y sito en Holanda, Tony y Thomas tienen el suficiente conocimiento del medio como para autoproducirse y conseguir un resultado envidiable que otros por aquellos días ni rozaban –incluso contando con ciertos “productores reputados”–. Además, como compositores saben dar en las teclas indicadas para que cada canción pueda ser disfrutada e incluso admirada por aquellos oyentes que no entendían una nueva década sin hard melódico en sus vidas.
Sí, cierto es que las similitudes con la estela dejada por TNT estaban bien presentes, pero estos suecos parecían tener el talento suficiente como para poder terminar dando con una firma característica en esto del rock melódico. El problema radicó en lo siguiente: Masquerade no triunfó como se esperaba en un principio; por lo que el miedo a mantenerse en sus trece cuando el grunge ya era santo y seña para alcanzar la fama en 1992, llevo a la banda tirar por otros derroteros y alejarse del sonido en el que sabían desenvolverse con soltura. Craso error, ya que su segundo Surface Of Pain (1994) no les dio reconocimiento dentro de la escena del rock alternativo –además de que perdieron el respeto de muchos de sus primeros acólitos–. En 2001, por medio de Flux, y en 2004, ya con In Disguise, se intenta recuperar el proyecto. En cualquier caso, “Dancin’ On The Edge”, “Ride With The Wind”, “Gimme All Your Love”, “Our Time Has Come”, “Dawning Of The Day” o “Sudden Love Affair”, por citar seis canciones de un tracklisting la mar de entretenido, siguen siendo revisitadas con cariño por todo tipo de AORheads casi treinta años después de su publicación.
Temas
1 Gimme All Your Love 4:54
2 Four Letters Words 3:50
3 Our Time Has Come 4:52
4 Sudden Love Affair 5:00
5 Ride With The Wind 3:59
6 Dawning Of The Day 4:53
7 Le Baugeux De Triomphe 0:48
8 Wild Child 4:09
9 Dancin' On The Edge 4:17
10 Liaison 0:33
11 Justice 3:26
12 All Night All Day 4:42
13 Give It A Shot 4:07
14 Lonely World 2:50