He aquí una banda de estudio nacida en la Alemania de los finales 60. Pioneros absolutos y olvidados, apenas citados en la historia, en cuanto a experimentalismo kraut. Sand lo formaban Johannes Vester (vocalista, letrista, guitarra, VCS3, Harmonium, piano), Ulrich Papenberg (bajo, generador) y Ludwig Papenberg (batería, VCS3, teclados).
En 1974, ya con una probada experiencia, editan "Golem" bajo la supervisión e influencia de Klaus Schulze. Álbum pensado para auriculares, usaron la misma y famosa técnica Artificial Head Sound System utilizada también por Edgar Froese. Sin embargo tienen problemas de edición, intentándolo hasta con tres prensajes. No debieron salir muy satisfechos de la experiencia y ahí quedó la cosa, para la posteridad. Con los años, hasta cuatro álbumes más han aparecido con material antiguo. "Sylph Ballet" salió en 2012, pero contenía cosecha grabada del 69 al 76.
Su inicio con "Coastal Nightwalk" (2'52) entronca de lleno con nebulosas psicotrópicas de oleadas sonoras propias del mismo Schulze.
Anticipados a "Welcome to the Machine", "Amelith Levitation" (3'34) inspira similar pesadilla industrial, más extrema y experimental si cabe.
Languidez cosmic-folk trae "Dawn Levitation" (4'52), con delicadas acústicas y entramado psico al estilo de Emtidi, Mythos, Parzival o Brõselmaschine.
Futurismo retro-modular se asoma en "The Morning Has Blown your Away" (5'34), ahora con stoned voz, circula entre Kraftwerk, Harmonia, Kevin Ayers, Cluster y Pink Floyd del "Ummagumma". Deliciosa oda a la abstracción, contemplación de las abutardas y de los gamusinos en celo, y al escapismo mental en general. Muy necesario y beneficioso para la salud mental.
Reiteración rítmica confusa y sin forma definida es "Giving Golem Respiration" (3'25), ectoplasma sonoro que parece extraído de un film serie B de terror 70s. Para escuchar leyendo un viejo cómic de "Vampus", "Rufus" o "Dossier Negro".
"Her Broken Wing - Passing my Window" (3'29) sigue en igual etéreo modelaje, con gran piano acústico invitado (Jorg Welz), tocando citas famosas clásicas entre un entorno ambiental de misterio.
Motorik electrónico para "Upon Eleven Black Horses" (6'34) de canto genuinamente germánico y onda Dûsseldorf exquisita. Como una mutación entre Neu! y primer Pink Floyd, producido por Conny Plank.
Burbujeante analogía en el puchero se cocina en "A Cosy Trance of Hibernation" (7'25). Un ejercicio naif-infantil de infalibles resultados drogueriles. Pero que resulta gratamente efectivo. El cierre es de idéntica naturaleza pictórica, "Water" (1'18) es un corto fin a un extraño ensayo.
Mucho mejor que su único álbum oficial, "Sylph Ballet" resulta tan digno e interesante como unos Cosmic Jokers, Ash Ra Tempel o cualquier otro proyecto-desvarío de Rolf-Ulrich Káiser. No tener nombres rimbombantes es lo que marca la diferencia. Y eso siempre suma.
J.J. IGLESIAS