Hay una considerable diferencia de tiempo desde las líneas marcadas en el extraordinario Voyage y este arriesgado y fascinante MIND. De las líneas tenues y evocadoras del pasado y el modernismo presentes en gran parte del anterior “A trip To Elsewhere”, la música avanza ahora hacia la vanguardia y el desafío en unas composiciones muy complicadas que frenará a muchos prog lovers, habituados a formas más asequibles y amables. A los que no les guste el Zappa más enrevesado, el RIO o el Zeulh deberán frenarse en este disco o bien aventurarse y entrar en un mundo sonoro diferente. Un reto. Nadie dijo que la música tenga que ser fácil. A snobs y pedantes compositores como Pierre Boulez, les encantaba decir que “no hay músicas difíciles, tan solo oídos ignorantes”. El caso de los compositores “contemporáneos” serialistas y atonales de los 50 y 60´s forma parte de otra patología repelente a estudiar que ahora no viene al caso y que en alguna ocasión sería divertido hablar de ella.
Afortunadamente Isildurs Bane no hacen música al nivel de tomadura de pelo, como puedan ser Berio, Cage, Nono, o los iluminados “aleatorios”. Tranquilos pues, que Isildurs “sí es música” compleja y mucho, pero nada que ver con la abulia o el aburrimiento del intelectualismo psiquiátrico o el onanismo sonoro (pajas mentales en lenguaje cotidiano).
MIND comienza con las cinco fases de “The Flight Onward” y si uno conoce bien la obra de Zappa, no va a tener ningún problema. Y como digo muy a menudo “la excelencia” de música que repuebla tu mente, rica en elementos para cerrar los ojos y dejarte llevar. Es progresivo culto y elaborado, no hay duda, pero está hecho para que tu mente juegue, se expanda, se divierta, piense, y por supuesto se emocione. No es música fría, en absoluto. Es deudora de una buena base de técnicas ricas y variadas que van del jazz imaginativo a la clásica moderna abierta y sin “sectarismos” de corrientes enclaustradas y frígidas. El violín o la guitarra acústica de Ataraxia lo dice todo: la complejidad de lo hermoso, de lo honesto, de lo válido… que es una caricia, no una bofetada snob insufrible. Y si alguien piensa que meterse un micrófono en el esfínter para producir nuevas experiencias sonoras es avandgarde le diré que sí, que todo es posible…otra cosa es que sea MUSICA. Eso lo podríamos hacer Jota y yo en el próximo álbum y gozaría de la misma indiferencia que una bonita melodía. Nadie se enteraría. Que quiero decir con esto, que Isildurs es una banda valiente, destinada a muy pocos oyentes, pero buenos aperturistas que distinguen entre “música” de verdad y ocurrencias intelectuales cada vez más falsas, baratas o estúpidas y el descerebrado siglo que nos toca vivir hoy y ahora es cada vez mas proclive al engaño, y a que lo barato y cutre sea cada vez más caro.
Si vas avanzando en la escucha de MIND, parece que nos hablan de una realidad paralela, de un grupo que le da una oportunidad a la inteligencia y a la naturalidad. Que “se la suda” el presente de grupos cargantes y aburridos.
“The Pilot” ha encontrado una nave tranquila, aparcada, no hay mundos que la apetezca visitar hoy. Quedaba cerveza en el pequeño frigorífico de la nave pero pronto se lo echan en cara.
“Unity” habla del yo, que está perfectamente solo, observando y muy seguro de sí mismo, disfrutando del vacío y de su propia perfección.
“Oportunistic Walk” transcurre como un hermoso sueño a veces interrumpido por personajes impertinentes y obsesivos a los que el protagonista desafía con ironía. Un paseo descriptivo lleno de interrupciones e historias parelelas, que el protagonista intentará evitar…huir a toda costa. Lo absurdo de la situación se refleja en una sugestiva música. La guitarra se clava literalmente a la espera de una farmacia que reduzca el dolor, no sirve solo el paracetamol, hace falta algo más fuerte. Una carga de conciencia aturde al protagonista confuso y solo, aunque algo lo tranquiliza… una visión momentánea?... gentileza al fin’.. un ser diferente?...un halo de sabiduría’? La medicina holística nos devuelve a Ravel y a su solitario destino…voces?...una campana…la vida se termina al fin…que descanso, ángeles vienen a recogerme pero ya me he ido.
Nada entiendo ahora, pero la guitarra ya no me duele tanto aunque tiene contraindicaciones. Estoy tumbado y temeroso sin ganas de incorporarme, hay resquicios de vida…tan leves que me dan pereza aunque probablemente estoy muerto y solo son recuerdos borrosos de la memoria…que apatía. Alguien decide que el muerto se levante pero solo se arrastra, pierde masa, líquidos corporales y la voz de la conciencia lo trastorna…se arrastra al abismo negro y se pierde. Es el vacío. Una página en blanco es la última pieza, nuestro absurdo paso por la vida sin que nadie nos recuerde y en realidad ¿que falta hace que nadie nos recuerde?. Si en realidad probablemente nunca hemos estado.
Alberto Torró
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