Que una banda de los 70´s grabe un disco como este en el siglo XXI es un desafío a todas las leyes de la gravedad, pero si además incluso supera a sus tiempos de gloria, nos encontramos con un caso poco frecuente o probablemente único. Ya de entrada voy a confesar que este es sin duda alguna mi disco favorito de Magma en dura pugna, eso sí, con el extraordinario “Mekanik”.
La espera en estudio de tantos años mereció la pena. Cuando algo me gusta no puedo reprimirlo y éste es uno de esos discos que tras muchos años de esperar algo singular, concepto éste exclusivo del tiempo que con mayor o menor acierto denominamos obras maestras, aparecen con cuentagotas, como perlas de una singularidad matemática poco frecuente como diría Stephen Hawking y que el universo que descubrió lo tenga en su seno eterno. “K.A” (Kohntarkosz Anteria” fue una obra de maduración lenta entre 1973 y 1974, algunos de sus movimientos aparecían en la primaria partitura de “Kohntarkosz” el álbum de estudio de 1974. La saga épica terminaría formando parte de la segunda gran trilogía magmática denominada “EMëhntëhtt Ré” “K.A” terminaría siendo el primer movimiento en el futuro. Y permitidme la ironía, pero describir este disco, como diría el gran estadista Mariano Rajoy en una de sus gloriosas frases: “no es cosa menor es cosa mayor” y no apta para imbéciles que es “muy español y mucho español”. Esta música es el mejor ejemplo de superioridad por encima del mundo de idiotas que nos toca sufrir al menos en mi país. Si no fuese por esta música una persona de 64 años como yo dejaría por completo de creer en este maldito mundo del que por experiencia apenas creo. La música con mayúsculas. Ella barre con todo: la mezquindad, la injusticia, las ideologías, la religión, la derecha, la izquierda y el centro, el hedor repugnante de la política y sus negocios, es decir el mal en todas sus expresiones y formas, la ignorancia y el abotargamiento del hombre en una sociedad futura que se me antoja horrible, estúpida y retrógrada. Mis hijos lo saben, pero están suficientemente preparados. Albergo una pequeña esperanza y me siento orgulloso por ello. Los 50 minutos de esta obra maestra se dirige al individuo de espíritu libre, al ser inteligente y maduro que ha oído mucha música y que comprende que la música grande, como en este caso, es eterna, fabulosa y a años luz de lo mediocre que todo lo invade.
“K.A” lo grabaron una de las mejores formaciones de músicos de Christian Vander. El sonido del álbum es el mejor de su historia. Las nuevas tecnologías logran captar la complejidad armónica de voces y ritmos características del zeuhl y nos permiten una escucha y experiencia únicas. Pocas veces un disco logra ponerme la carne de gallina (expresión nuestra) y aquí encuentro lo que mi experiencia musical pide y mi corazón desea: “una perturbación en la fuerza” al modo Jedi. Lo que empieza debe acabar…pero lo desearía eterno. K.A es eso. Podría durar eternamente, pero debe acabar para evitar el colapso coronario o la excesiva alegría.
K.A I. (11 mtos) El ritmo son las voces, el latido de vida plena. La perfección vocal en la repetición que lleva al clímax. La delicadeza y la matemática es ciencia musical. No puedo compararlo con nada conocido. ¡Cuanto sonido Canterbury perfeccionado hay en mi cabeza en este momento!. Pero son franceses, no ingleses, donde esta antes el huevo o la gallina…?. La candencia jazz, las fabulosas melodías.. y entramos casi en el nirvana. La música es perfecta, maravillosa. ¡Estoy eufórico!.
K.A II (15.53) tiende al encantamiento y a la fantasía propia de un relato de danzas eslavas, muy cercano a lo que oímos en Wurdah Itah con su influencia stravinskyana y sus sombras de Coltrane clásicas. La música es energía y pulso exultante. Pronto la ternura de cuento de niños aparece en un desarrollo natural y nada forzado. La música muestra una delicadeza asombrosa en el concepto de Magma. Me recuerda casi a las obras rusas de música religiosa del siglo XIX cantadas por niños. Las melodías son preciosas muy próximas a Borodin o Rimsky. Una delicia.
K.A III (21.43) tiene los primeros 10 mtos instrumentales progresivos más excitantes y raros de Magma. Este pasaje musical es una de las cosas más maravillosas que he escuchado en música. En un principio esta pieza se llamaba “Om Zanka” y la han tocado en directo muchas veces previas y de diferentes maneras antes de esta versión definitiva en estudio. Es algo indescriptible entre Coltrane y Soft Machine con un sinte solo que se mete en las venas en un clímax de felicidad absoluta con unos coros celestiales inenarrables. Estas en otro mundo imposible, magnífico. Uno de los pasajes instrumentales más exquisitos que oído en mi vida y del que ya no podrás desprenderte en toda tu vida. Te lo aseguro. La excelencia se resume en los restantes 11 mtos de música compleja en cuadraturas rítmicas bajo cánticos de aleluya lejos de este mundo. Zeuhl puro y duro de jazz inventado y personal de casi zappa radical donde Vander canta feliz en una especie de soul cósmico que nos recuerda a piezas como Hhai. Todo es enrevesado, perfecto, sublime.
Desarma al oído más exigente y maniático que puedas imaginarte. K.A es una obra maestra fuera de tiempo, modas y crítica. Date por feliz si lo aceptas en tu discografía.
Alberto Torró
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