Banco cerrarían la década de los 70´s ya muy forzados y alejados de sus tiempos de gloria. Los coletazos mediocres del prog sinfónico no harían sino empeorar la cosa y dar más munición y argumentos a los enemigos del estilo que ya eran una legión desbordante de pelo pinchos y adictos a la ferretería. Por el otro lado, también marcaban buen paquete: rockers de patilla y gafa negra y nuevaoleros de plástico, charol y terciopelo (pijos maqueados) que lucían palmito orgullosos y modernos. El buen hard-rock de toda la vida pasaba a ser heavy metal bronco y ruidoso y, para complicar aún más las cosas, la new age con su sopor de aburrimiento sonoro hasta el hastío y encefalograma plano, empezaba a copar el mercado.
En España como somos diferentes al resto del planeta absolutamente en todo y sin un atisbo de vergüenza, tuvimos la famosa “movida” es decir, la quintaesencia del arte cañí nacional al que llamaron la “edad de oro del pop español”. No sé describirlo. Aquello fue inenarrable y supongo que en el resto del mundo también lo disfrutaron a gusto. En Italia ya hacía furor algo llamado “italo-disco” que empezó a unirse con el “tecno”. Por toda Europa el sonido zumba – disco y el pop deluxe arrasaban y también los cantantes con voz de estreñimiento crónico. Esta conjunción planetaria dio al traste con todo. Si en aquella época, a alguien o a algún incauto, se le ocurría hacer algún tipo de música inteligente, las discográficas lo mandaban a la puta calle, o directamente a la marginación freak señalados con el dedo. No exagero. Y los que tenéis más de 50 años lo sabéis de sobra. Hubo excepciones como en todo y hoy día son vistos como verdaderos héroes que le echaron “güevos”.
En lo que respecta a Banco languidecieron en éste disco de “primaveras” entre lo lindo y ñoño. Francesco Di Giacomo pone su hermosa voz en algo imposible ya de levantar, ni con grúa. Por una parte, las baladitas tipo canto primaveral me suenan mucho al bueno de Angelo Branduardi, bellas e inofensivas, y por el otro el calibre instrumental de la banda se desinfla en música apocada, blanda, sin brillo. Como cumpliendo un expediente de empleo que va al paro irremisiblemente. Me produce tristeza este disco, y conste que aún tiene algún pasaje decente, pero solo eso. Con alguna estandarización facilona al easy- jazz de consumo y ya muy cerca del pop, Banco prefiguran un infame futuro.
Dejaré aquí la historia de este grupo por no ensombrecer su rico, aunque exiguo legado de antaño y por respeto a los que amamos la música. A partir de 1980 y casi hasta finalizar los noventa, Banco se transformaron en un simple grupo de pop-rock con ínfulas tecno ultra comerciales. Repiten pues la misma historia de la Premiata superándose de un disco malo a otro aún peor. Incomprensible y a lo mejor un poco, si con este travestismo musical, ganaron algo de pasta en el mundillo comercial. Pero no podemos evitar el sentimiento de vergüenza. Banco siguen activos a día de hoy, un poco en recuerdo de sus tiempos de gloria y de su tristemente fallecido Francesco en accidente de tráfico en 2014. A día de hoy, han remasterizado y hasta regrabado algunas de sus antiguas joyas y algunos lives más recientes retoman aquel camino perdido de sus viejos temas. Arrepentimiento tardío…?... es muy probable. Y cuando quieren siguen tocando de maravilla.
La próxima semana le toca el turno a Le Orme. La tercera banda emblemática del RPI.
Alberto Torró
Temas
01 Ciclo 0:00
02 Canto di primavera 4:22
03 Sono la bestia 10:01
04 Niente 14:34
05 E mi viene da pensare 18:39
06 Interno città 21:59
07 Lungo il margine 28:44
08 Circobanda 33:56
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