Hay que aclarar que IQ nunca han vivido de la música y que cada uno de sus componentes tienen su propio trabajo al margen de ella, aunque Mike Holmes en una reciente entrevista bromeaba con estar pre-jubilado y tener más tiempo (él es algo más joven, pero yo en unos días estaré en la misma situación…¡¡aleluya!!)
La verdad es que cada uno de sus miembros pertenecían a diferentes localidades de Inglaterra y su vida íntima nada tenía que ver con el trabajo diario de un grupo de rock al uso. Esto es más habitual de lo que la gente cree. Dedicarse a hacer la música que a uno le gusta, no da para vivir en el 99´99 % y lo más probable, si te pones cabezón, es que suponga un gasto económico importante más que unos ingresos. Pero te garantizo que no tener que vivir de la música es quitarte una pesadilla. Vivir del arte no tiene nada de lírico ni idealista porque te van a joder igual o peor Se hace por amor al arte, como vulgarmente se dice. No a todo el mundo le toca la lotería de componer en horas de trabajo sin que te vea el jefe o a la hora del almuerzo mientras tus compañeros se te descojonan por friki y de repente un día recibir un importante contrato de grabación, trampolín que te hará millonario en el futuro y mandarlos a todos a la mierda como le pasó a Keith Emerson en su juventud. Eso es prácticamente imposible y escasos son los afortunados. Cada vez que IQ se metía en un estudio de grabación pasaban unos cuantos años y no sé cómo se lo montaban para salir de gira con los compromisos de familia y curro. Esto llevó a diversos cambios de formación cada x tiempo. Pero estamos en 2018 y ahí siguen. Gente voluntariosa sin duda.
La grabación de “The Wake” llevó más tiempo y mejor producción que el anterior y el resultado es muy diferente. La espontaneidad y frescura que destilaba el “Tales From The Lush Attic” ha desaparecido por completo y ahora cada compás, melodía y arreglo instrumental está muy pensado detenidamente, a veces demasiado, por la cantidad de saturación de sonido que hacen de este disco algo oscuro y pesado. Sin embargo, la peña neo prog se desharía en elogios hacia este disco como una reseña progresiva definitoria de los 80´s. Es un buen álbum y muy bien trabajado de eso no hay duda, pero los sonidos imperantes hacia una mayor agresividad y simpleza, pasó factura hasta los 90´s y les pasó a todos después de un primer prometedor álbum en la mayoría de las bandas británicas de neo prog que no es necesario repetir nuevamente. Martin Orford se rodeó de una nutrida paleta de modernos teclados, casi una docena, si veis lo créditos del disco. Tin Esau sacude un pesado bajo casi en primer plano, la batería de Cook, es contundente, seca y dura. La tendencia de la época sobre una percusión exenta de platos, moda muy Peter Gabriel en sus discos en solitario y la machacona forma de tocar de Stewart Copeland de Police hicieron sus estragos. Pero para eso ya están los Watusi y los Masai que lo hacen infinitamente mejor con sus tambores y sus impresionantes ritmos rituales.
La portada de “The Wake” es maja y atractiva y las fotos del grupo en la contraportada no tienen desperdicio. Cadena con gargantilla a lo punk, cardados de fantasía, chaquetillas chillonas con cuello levantado, corbatitas de cuero muy estrechas (yo también tuve alguna) etc etc… Una preciosidad. Eran esos tiempos. No obstante, algunas de las mejores piezas “sinfónicas” de IQ las encontramos en este disco como es el caso de “Headlong” que cierra el disco con un Holmes sublime. Otras como “Outer Limits” que lo inaugura con un tipo de acordes de teclado que se harán muy familiares o la densa, creciente e interesante “Widow´s Peak” con su indiscutible sello Genesis del 77- 78 cuando ya solo quedaban tres. Sin embargo, yo me quedo con la alegre “The Thousand Days” y su bonita melodía y me aburren soberanamente cosas como “Corners” o “The Wake” y a medias “The Magic Roundabout” que, aunque buena pieza, es algo lineal y me recuerdan, salvando distancias claro, un poco al primer Marillion de Fish y cia. Después de las correspondientes actuaciones en el Marquee con live incluido, Peter Nicholls abandona por unos años el grupo, hasta 1991 concretamente, para formar su propia banda Niadem´s Ghosts que apenas tuvo repercusión. Pero la historia del grupo en realidad, no ha hecho más que empezar.
Alberto Torró
Temas
1. Outer Limits (8:15)
2. The Wake (4:11)
3. The Magic Roundabout (8:18)
4. Corners (6:20)
5. Widow's Peak (9:12)
6. The Thousand Days (5:12)
7. Headlong (7:25)
8. Dans Le Parc Du Chateau Noir (7:37)
9. The Thousand Days (Demo) (3:55)
10. The Magic Roundabout (Demo) (6:27)
11. Corners (2010 Remix) (5:33)