"La compañía vio que Deep Purple y Humble Pie se habían disuelto y pensó que existía un hueco para colarnos. De acuerdo, estamos en la misma cuerda que Bad Company". (Geoff Britton - Vibraciones, Abril 1977).
Los excesos de Uriah Heep habían sido demasiado para su cantante, David Byron. No, no era él sólo el sobrao. Así que tira la toalla tras "High & Mighty" (1976). Amigo del batería de Wings, Geoff Britton, (de verbenero por hoteles de España en los finales 60), optan por montar banda. Todo iba muy rápido por entonces. A mí me da la impresión que más que ahora. No había Internet, pero la burocracia funcionaba más fluida. Entran Damon Butcher (teclados) y Clem Clempson (guitarra, ex-Bakerloo, Colosseum y Humble Pie). Que venían ambos de girar por USA con la Steve Marriott All Stars. El último en llegar fue el bajista Willie Bath. También Byron reconoce influencia de Bad Co. Irónico será que luego saquen éstos un disco con ése mismo nombre, "Rough Diamonds"!.
La voz del grandioso David Byron sigue impertérrita a los galones de alcohol en "Rock and Roll" (aún era joven). Efectivamente, es puro Bad Company. Hay un saxo no acreditado que sobresale. Es Mel Collins. Menuda agrupación. "Looking for you" tiene más trazas de Humble Pie en su hard funk, como hacía poco habían experimentado los Purple de Coverdale/Hughes. Mucha clase. Todo en su sitio. Suenan tremendos. El órgano tira para Jon Lord. Vuelve el feel Mick Ralphs con "Lock and Key". Byron tiene su propio estilo, aunque el modo Paul Rodgers flota en el ambiente. Clempson se sale en su parte y montan un "Supertitious" de Stevie Wonder a su particular manera. Era el momento.
"Sea-Song" (7'30) es herencia de Uriah Heep por aquellos días. Medio tiempo pleno de elegancia pomp sinfonizante. Arreglos sibilinos por doquier de unos tíos hiper-profesionales. Y una guitarra de las más finas de Inglaterra. A punto estuvo de entrar en Deep Purple en lugar de Bolin.
La segunda cara escupe su particular "Can't Get Enough", que se llama "By the Horn". Pero éstos llevan teclas y las usan junto una slide que remite al southern rock. "Scared" podría estar en "Stormbringer", me la imagino con Glenn Hughes perfectamente. Imagina el nivel.
Ídem con los casi 6 minutos de "Hobo". Donde el exquisito tándem rítmico instala apuntalamiento ideal para el hard rock-macho-rocker 70s de una banda llamada al éxito que nunca fue. La parte instrumental toma un lapso que recuerda a Peter Frampton. No es pues casualidad, que abran sus conciertos USA '77, en tiempos del "Comes Alive!". Lo tuvieron todo a su favor. El saxo de Mel Collins brilla de nuevo. Y Clempson maravilla casi en tonos jazz rock. Enlazan sin pausa con "The Link", un sólo de piano más cerca de Herbie Hancock o Chick Corea. "End of the Line" también encadena sin silencios. Finalizando en clave Púrpura hard blues a la Coverdale.
Lo tienen todo. No llegarán a nada. Fueron el típico pinchazo de supergrupos, que los dejó tirados en la cuneta con un sólo disco. Lord Byron y su eterno idilio con la botella tuvo que ser la causa. Porque al año siguiente, la misma banda reaparecerá en CBS como Champion. Garry Bell sustituye al levantador de vidrio. Fueron la primera banda internacional que vi en vivo en mi vida.
"Hemos llegado a un acuerdo. Si uno se va, el grupo se disuelve".
No fue exactamente así, querido David.
J.J. IGLESIAS